Un joven decapita en París a un profesor que mostró caricaturas de Mahoma

La galaxia yihadista parisina vuelve a bañar de sangre la «banlieue», los suburbios de París. Un profesor de geografía e historia fue decapitado poco después de las cinco de la tarde del viernes, cerca de su colegio, en Conflans-Sainte-Honorine (departamento de Yvelines), al oeste de la capital francesa, víctima de un individuo de unos veinte años, delincuente común, que habría querido «vengar» unas lecciones relacionadas con la libertad de expresión y las caricaturas de Mahoma que volvió a publicar el semanario satírico «Charlie Hebdo».

Según el semanario «Valeurs Actuels», próximo a la extrema derecha de la familia Le Pen, el autor del crimen sería un joven de 18 años que habría publicado la noticia al grito de «en nombre de Alá» en una cuenta de Twitter que habría sido suprimida con extrema celeridad.

Los primeras filtraciones policiales, y las fuentes citadas por «Le Figaro» y «Le Monde», los dos diarios de referencia, en Francia, cubrían con un tupido velo, provisional, la identidad del asesino, que fue «neutralizado» a tiros, poco antes de las seis de la tarde del viernes, no lejos del lugar de su crimen, en un barrio de Conflans-Sainte-Honorine (departamento de Yvelines), al oeste de París.

🔴 ALERTE INFO. Homme décapité: le parquet antiterroriste saisi, Darmanin rentre en urgence à Paris https://t.co/yayQPX1xDGpic.twitter.com/fmWfZJGJCC

— BFMTV (@BFMTV) October 16, 2020

El presidente Emmanuel Macron, acompañado del ministro de Educación, Jean Michel Blanquet, el ministro del Interior, Gerald Darmanin, y la ministra responsable de la ciudadania, se presentaron en el colegio donde trabajaba el profesor asesinado para dialogar y presentar sus respetos y homenaje, en nombre de la nación, a los compañeros del profesor decapitado.

Ya bien entrada la noche del viernes, la Asamblea Nacional ofreció un homenaje de respeto y homenaje nacional, denunciando un crimen abominable.

Según las primeras filtraciones judiciales, el asesino sería un hombre fichado como delincuente común, sin antecedentes conocidos de radicalización yihadista. En la periferia suburbana de París están fichados unos 4.000 franceses musulmanes, de quienes se sospechan «tentaciones» subversivas. El autor de la decapitación del viernes no se encontraba en esos ficheros.

La cronología del crimen tiene dos versiones oficiosas. Para las fuentes policiales locales, tras degollar a un hombre solo, a la puerta de su colegio, el asesino habría intentado huir, pero fue descubierto muy pronto. Cuando los policías le pidieron que abandonase el cuchillo de cocina que llevaba en la mano, ensangrentada, el individuo se negó haciendo gestos «agresivos y amenazantes».

La «neutralización» del asesino

Según algunas fuentes policiales, el agresor habría sido «neutralizado» con rapidez. A su lado, en el suelo, yacía el cuerpo de su víctima, decapitada. Los policías tardaron en poder aproximarse al hombre «neutralizado», ya que era muy visible un chaleco con explosivos y fue necesaria una primera operación, antes de poder aproximarse.

De acuerdo con otra versión de la «neutralización», el asesino habría conseguido huir hasta un pueblo próximo, Eragny (Val-d’Oise), donde fue «herido gravemente» y finalmente «abatido».

Según las primeras reconstrucciones del origen último de la tragedia, la víctima, profesor de historia y geografía, habría dado una lección o habría hecho comentarios sobre la libertad de expresión, en relación con el comportamiento del semanario satírico «Charlie Hebdo» y su publicación de las legendarias caricaturas de Mahoma que estuvieron en el origen de la matanza yihadista del mes de enero del 2015.

Se sospecha que algunos alumnos, niños administrativamente franceses, de confesión musulmana, se habrían sentido «molestos» por los comentarios y breve exposición de reproducciones de las legendarias caricaturas de Mahoma. Y nadie duda de que esos niños contaron la historia a sus padres. Son tradicionales las quejas de familias de franceses de confesión musulmana que se «quejan» de la educación laica que reciben sus hijos.

Esos antecedentes confirmaron el origen último del segunda atentado yihadista, en París y su periferia, en las últimas cuatro semanas. Y la Fiscalía anti terrorista intervino con mucha celeridad, iniciado la instrucción de un asesinato aparentemente relacionado con la «fiebre» islámica y yihadista que estalló en Francia y varios países musulmanes, tras el inicio del proceso de los cómplices de la matanza yihadista del mes de enero de 2015, en la sede de «Charlie Hebdo».

La Dirección general de la seguridad interior (DGSI) montó con extrema celeridad una gran operación de «peinado» de toda la «banlieue» oeste y norte de París, donde los «incidentes» violentos se suceden ininterrumpidamente desde hace meses.

La degollación del viernes se consumó cuatro semanas después del atentado terrorista del finales de septiembre pasado, cuando un hombre joven, de 18 años, de nacionalidad u origen paquistaní, irrumpió en la entrada del edificio donde estuvo, en otro tiempo, «Charlie Hebdo», en la calle Nicolas Appert del distrito XI de París, y atacó con un cuchillo de grandes dimensiones a un hombre y una mujer que fumaban durante una pausa laboral, hiriéndolos gravemente, para huir dando alaridos, ensangrentado.

«Ataques de salvajismo»

El atentado del 25 de septiembre pasado y el atentado de este 16 de octubre tienen algo muy profundo en común: musulmanes franceses o residentes en Francia, recurren a una forma de yihadismo «artesanal» para consumar o intentar consumar baños de sangre. Esos crímenes se inscriben en una larga «saga/fuga» de violencias suburbanas, multiculturales, en su inmensa mayoría, que Gerald Darmanin, ministro del Interior, ha calificado de «ataques de salvajismo».

El presidente francés, Emmanuel Macron, lleva muchos meses prometiendo una ley concebida para combatir el «separatismo cultural y religioso», que es una forma muy amable de calificar el crecimiento de un islam francés que considera las leyes de su religión superiores a las leyes del Estado.

La Fiscalía antiterrorista informará este sábado y el fin de semana sobre su instrucción de la degollación de este viernes, en una ciudad en otro tiempo amable y próspera, Conflans-Sainte-Honorine, de la que fue alcalde Michel Rocard, una de las grandes personalidades del socialismo francés. Ciudad ensangrentada, hoy, víctima de la violencia multicultural yihadista, en ruptura cultura y criminal contra Francia.

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Fuente: ABC