Un atropello mortal abre un boquete en el Gobierno socialista portugués

Una maniobra en la autopista A-6 se ha terminado convirtiendo en una pesadilla para el Gobierno socialista portugués. Es el segundo episodio consecutivo de crisis política, a menos de dos meses para las elecciones anticipadas. Y es que el brazo derecho el premier Antonio Costa, el ministro de Administración Interna, Eduardo Cabrita, ha terminado presentando su dimisión a causa de un accidente en la carretera en el que se ha visto implicado.

Los hechos acontecieron el pasado 18 de junio, cuando viajaba en su vehículo a través de la autopista A-6, que une la región del Alentejo con la frontera española (Évora, Estremoz, Elvas, ciudad cercana a Badajoz). Su chófer conducía a 163 kilómetros por hora, con lo cual incumplía las normas de tráfico, y acabó provocando en una maniobra la muerte de un operario que se encontraba trabajando en las obras que estaban en curso.

El suceso saltó enseguida al primer plano de la actualidad en Portugal y comenzó a desatar miles de comentarios en las redes sociales que pedían la dimisión de Cabrita, sobre todo porque él siempre sostuvo que no era más que un pasajero y que el tramo por el que circulaban no estaba bien señalizado.

Pero el informe oficial pertinente contradice al político socialista y la Fiscalía ha anunciado que el conductor será procesado por «homicidio imprudente».

La oleada de solidaridad con la familia de Nuno Santos, que así se llama el empleado fallecido, no ha dejado de crecer y las presiones sociales hacían ya insostenible la situación del ministro de Administración Interna, cuya actitud un tanto arrogante en estos cinco meses no ha gustado nada a los portugueses.

Cada vez que hablaba en televisión, se disparaban las palabras contra él (incluso subidas de tono) en las redes sociales. Al mismo tiempo, Eduardo Cabrita se ha cansado de decir que no iba a presentar su dimisión en ningún momento.

Finalmente, la intervención de la Fiscalía le ha hecho cambiar de opinión, mientras el propio Costa se ha venido escondiendo tras un silencio al respecto que no ha pasado desapercibido para muchos ciudadanos lusos, los mismos que apuntan: «Sí, de acuerdo, usted no conducía, pero ¿quién era el responsable de todo lo relacionado con ese vehículo?».

El resultado es que el Gobierno socialista se mete así en una encrucijada política en un contexto inoportuno, pues los comicios legislativos del 30 de enero están a la vuelta de la esquina. Por tanto, todo indica que se trata de una dimisión pactada para no enturbiar más el camino socialista hacia la reelección a la que aspiran.

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Fuente: ABC