Trump conmuta la pena de prisión de su amigo y exasesor Roger Stone

Los críticos de Donald Trump dicen que el presidente de EE.UU. es inconsistente e impredecible. Trump ha demostrado que es consistente y predecible al menos en una cosa: valora la lealtad. La Casa Blanca anunció la conmutación de la pena de prisión de su amigo, confidente y muñidor en la sombra Roger Stone.

Stone, un veterano consultor político de candidatos republicano conocido por manejarse mejor que nadie en el barro de las campañas, fue declarado culpable de siete delitos relacionados con mentir al Congreso y amenazar a un testigo en noviembre del año pasado. Su causa fue una de las derivadas de la investigación del fiscal especial Robert Mueller, encargado de la trama de coordinación entre la campaña de Trump y Rusia. Stone fue investigado en relación con las filtraciones hechas por WikiLeaks durante la campaña para perjudicar a la candidata demócrata, Hillary Clinton. Un jurado le declaró culpable por unanimidad y le impuso una sentencia de tres años y cuatro meses de cárcel.

Otros líderes de la campaña de Trump también fueron procesados a raíz de la investigación de la trama rusa y acabaron con condenas o reconocimiento de culpabilidad. Entre otros, el que fuera el presidente de campaña, Paul Manafort; su abogado personal, Michael Cohen, o su primer asesor de seguridad nacional, Michael Flynn.

La trama rusa acabó sin consecuencias legales para Trump, lo que cimentó su idea de que era un «engaño». Ahora, la conmuta le sirve al presidente para sacar de la cárcel a un amigo y para desacreditar una vez más a la investigación de Mueller, que marcó buena parte de sus dos primeros años en la Casa Blanca.

«Roger Stone es una víctima del engaño ruso que la izquierda y sus aliados en los medios perpetuaron durante años en un intento de minar la presidencia de Trump»; dice el comunicado de la Casa Blanca que anunció la conmuta y acusa a Mueller de utilizar «acusaciones procesales» para ir contra pesos pesados de su campaña y «construir una falsa impresión de criminalidad». También asegura que la presidenta del jurado era una activista anti-Trump.

Lealtad y recompensa

Lo que más evidencia la conmuta, sin embargo, es el ciclo de lealtad y recompensa. Stone mintió en el Congreso para no dar información embarazosa sobre Trump. El presidente aseguró que su exasesor tenía «agallas» y que era «muy valiente» por no testificar contra él o aceptar un acuerdo de culpa y colaboración con la Fiscalía, como hicieron otros. Ahora le recompensa librándole de la cárcel, pocos días antes de que Stone tuviera que ingresar en prisión, después de que el juez le concediera permiso por la pandemia de Covid-19.

Los demócratas han salido en bloque contra la permuta, acusándole de abuso flagrante de poder. Los republicanos, en su mayoría, callaron. La única voz discordante fue la del senador Mitt Romney, una de las pocas voces críticas contra el presidente en su partido: «Corrupción histórica y sin precendentes», escribió en Twitter.

Fuente: ABC