Rusia hace maniobras militares con Argelia frente a Marruecos

La cooperación tiene como trasfondo la guerra de Ucrania y la disputa entre Argel y Rabat por el Sahara

El Gobierno argelino se ha convertido en el primer comprador mundial de armas de la Federación Rusa

El diario 'Asharq Al-Awsat', cercano al régimen saudí, ha confirmado que Rusia y Argelia están llevando a cabo por primera vez maniobras militares conjuntas en territorio argelino, cerca de la frontera con Marruecos. Las operaciones, que simulan una intervención antiterrorista, comenzaron el pasado 16 de noviembre y deben terminar el lunes próximo, día 28.

Más allá de las dimensiones del operativo –en total unos 200 militares de ambos países expertos en antiterrorismo– los analistas subrayan que, por primera vez, la cooperación militar tiene como escenario el Magreb. En otras palabras, el flanco sur de la OTAN, precisamente en un momento de guerra en Europa con todos los aliados empeñados –en diverso grado– en favor de Ucrania.

Las maniobras han sido denominadas 'Escudo del desierto 2022', se desarrollan en la provincia de Bechar cerca de la frontera con Marruecos, y según los portavoces de Defensa se centran en la «búsqueda y eliminación de terroristas».

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Son las segundas maniobras militares conjuntas entre Rusia y Argelia. Las anteriores, desarrolladas el año pasado tuvieron como escenario el territorio ruso de Osetia del Norte, con características similares.

Los medios rusos ensalzan la estrecha alianza militar y económica entre Moscú y Argel, que data de la era soviética y en cierto modo está condicionada por la tradicional rivalidad entre Argelia y Marruecos. Hace ya mucho que el régimen monárquico alauí se puso en manos de Washington en materia de defensa, mientras que el sistema autoritario y laico de Argelia hacía lo propio primero con los soviéticos y después con los rusos. Los medios próximos al presidente Putin, como la agencia Sputnik, señalan que Argelia –que cuenta con un gobierno autoritario tutelado por los militares– tiene en la actualidad una fuerza de 465.000 hombres en filas, y es el primer comprador de armas de la Federación rusa. Según la prensa argelina, Moscú y Argel están dando las últimas puntadas a un fabuloso contrato de 11.000 millones de dólares.

Apoyo al Polisario

La portavoz del Ministerio de Exteriores ruso, Maria Zajárova, ha declarado a la agencia oficial que las maniobras conjuntas en Argelia «estaban programadas hace tiempo, y no señalan a nadie», en una implícita referencia a la escalada de tensión de los últimos meses entre Argel y Rabat. Las relaciones entre los dos países vecinos son difíciles desde la llamada 'guerra de las arenas' de 1963, por una disputa fronteriza, y se fueron agravando con el paso del tiempo. En particular desde que en los años 70 Argelia decidió respaldar al Polisario, el movimiento que busca la independencia del antiguo Sahara español, actualmente provincia de Marruecos. Argelia también acoge en su 'desierto de piedra', una de las zonas más inhóspitas del planeta, a los refugiados saharauis del área de Tinduf.

En los meses previos al pasado verano, el régimen marroquí se apuntó una serie de triunfos, tanto en el terreno militar como en el diplomático, para reafirmar su soberanía sobre el Sahara occidental. Como respuesta, las relaciones entre Argel y Rabat conocieron momentos de fuerte tensión, con rumores y movimientos de tropas a ambos lados de una frontera que permanece cerrada desde 1994.

La carta del gas

La ruptura de hostilidades entre los dos vecinos del Magreb es muy improbable, pero sí es fácil de prever una mayor penetración de Rusia, a la que Argel ha acudido en busca de auxilio. Como contrapartida, el régimen de Putin trata de jugar también la baza de la presión económica, dada la condición de Argelia como productora mundial de gas y tercer suministrador de ese combustible a Europa. Rusia juega la carta del gas y del petróleo que exporta a la UE para debilitar a los aliados de Ucrania, y acaricia la posibilidad de manipular también los gasoductos argelinos en el Mediterráneo. El problema es que Argel –que exporta el 80 por ciento de su producción a Europa– necesita de modo desesperado ese ingreso para sus maltrechas arcas, aquejadas de burocracia y corrupción. La situación económica argelina es mucho más precaria que la de Marruecos, tanto en términos de inflación como de desempleo, razón que no impide que esté entre los diez primeros países del mundo en porcentaje del PIB destinado a la compra de armamento.

Fuente: ABC