La dermatitis es una de las enfermedades más frecuentes de la piel y presenta una evolución crónica y cursa en forma de brotes. La padecen el 20% de los niños menores de siete años, frente al 10% de adultos, según la Escuela de la Dermatitis Atópica (EDA).
La dermatitis puede aparecer por una predisposición genética. Esto quiere decir que si uno de los padres está afectado, el niño tiene un 50% de probabilidades de padecerla. Otro de los factores que pueden influir en la aparición de dermatitis es debido a la predisposición del entorno por la exposición a los neumalérgenos (alérgenos inhalados), así como los tropalérgenos (alérgenos alimentarios).
¿Qué es la dermatitis?
Es un proceso inflamatorio de la piel que se caracteriza por la sequedad, enrojecimiento y descamación de la piel. Generalmente provoca un picor muy intenso y molesto de la zona afectada.
Esta reacción se presenta cuando el cuerpo entra en contacto con algún objeto o sustancia química que pone en marcha una respuesta inmunológica exagerada y se manifiesta en diversos órganos del cuerpo.
El uso de determinados cosméticos, jabones irritantes, productos químicos de limpieza o prendas sintéticas pueden ser uno de los condicionantes para la aparición de tal enfermedad. Además, el frío, el estrés o la ansiedad, pueden aumentar los brotes de dermatitis y agudizar los síntomas.
La dermatitis altera de forma relevante la calidad de vida de millones de pacientes, ya que no solo suele provocar afecciones en la piel, sino que también puede provocar trastornos del sueño.
Para tratar los síntomas de la dermatitis es fundamental tener una hidratación adecuada de la piel. Además, otra de las recomendaciones es la de secar la piel con cuidado y utilizar toallas de algodón, evitar el roce de las prendas sintéticas, utilizar geles especiales para el baño, así como evitar la acumulación de polvo y mantener un ambiente húmedo en las habitaciones.
Ver los comentarios
Fuente: ABC
