(Por: Rubén Lasagno) – El pensamiento menos abstracto y más concreto del kirchnerismo explícito, fue puesto en blanco y negro por el senador Mayans, cuando con sus palabras nos pasó un mensaje a todos los argentinos: si queremos vivir en paz, la justicia debe bajar el juicio de Vialidad a Cristina Fernández.
No hay nada que entender, ni analizar. El tema se vincula con la simple voluntad de canjear una cosa por la otra. La proposición oficialista es absolutamente clara y transparente: si siguen con el juicio, las calles, la gente, el pueblo, no vivirán tranquilo.
A buen entendedor pocas palabras; Mayans sabe que el kirchnerismo tiene un poder de fuego importante, pues cuenta con la liberación que hizo de casi 10 mil chorros, violadores, asesinos y delincuentes de toda laya, de hecho en estos años el delito aumentó casi el 70% en relación con el gobierno anterior de Mauricio Macri, poseen los grupos de presión en que han transformado a piqueteros, organizaciones sociales y partidos de izquierda y tiene un collar de odiadores seriales, lúmpenes que atizan el conflicto y la revuelta, haciendo declaraciones altisonantes, pero como ellos (Bireva, D´Elia, Larroque, Echarry, De Pedro y sigue la lista) son cobardes de lengua bífida, los cuales tiran la piedra y esconden la mano, esperan que otros recojan el mensaje y hagan realidad en la calle, sus más oscuros deseos.
El gobierno (porque Mayans es el grito de guerra de CFK) puso en vigencia un plan canje y arrecia con un discurso maniqueo para ensombrecer la verdad y sacar un aprovechamiento político del hecho desgraciado, aún no investigado convenientemente, como el atentado contra la vida de la vicepresidente.
La política oficialista prosigue a la sombra de toda sospecha plausible. Nadie cree que el atentado haya sido un atentado, porque alrededor se conjugan detalles no menos importantes como la ausencia de daño en el intento de magnicidio. La metáfora del Pastorcito Mentiroso se hizo realidad. Ya lo dijimos, si fueron con una pistola de simple acción sin bala en recámara, la verdadera intención de dañar a la vicepresidente, es muy dudosa. Los actores que se mueven alrededor del hecho, son tan bizarros como el hecho en si.
La condena pedida por el Fiscal Diego Luciani a Cristina Fernández, fue el núcleo del problema, desató a los demonios y nació el condicionante elaborado por el senador Mayans, una especie de “Ahora 12” social: si bajan el juicio a CFK ganan paz por un año.
Si los jueces y fiscales no aflojan, si la sociedad castiga como corresponde a estos lúmpenes políticos en las urnas del 2023 y si los medios de comunicación se dedican a resaltar los problemas reales de la sociedad como costo de vida, inseguridad, inflación galopante, desocupación y tarifazos brutales y dejan de ser llevados de la nariz por la agenda que impone el kirchnerismo, posiblemente comencemos a construir una realidad distintas en Argentina.
Debemos dejar de lado a la gente desesperada por retener su status quo, exigir decencia para gobernar y que los cuatro de copa no nos asusten con mensajes de odio, puesto en boca de cobardes habladores que solo repiten como loritos el relato psiquiátrico de los que no pueden con acciones políticas, demostrar que son capaces de sostener un poder que ya se les fue de las manos. (Agencia OPI Santa Cruz)
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