Objetivo cuidar y concienciar a los mayores de 65 años sobre la insuficiencia cardiaca

La Insuficiencia Cardiaca es una enfermedad crónica que impacta en la vida de más de 770.000 personas en España y es la principal causa de hospitalización en pacientes de más de 65 años y de reingresos hospitalarios no programados. Afecta a más del 9% de personas mayores de 80 años en España, una situación que puede agravarse debido al progresivo envejecimiento de la población.

Según datos del estudio RECALCAR de la Sociedad Española de Cardiología, uno de cada diez pacientes ingresados por esta enfermedad muere antes del alta; la mortalidad al año del diagnóstico se sitúa en torno al 20% y a los cinco años entre el 40 y el 50%; por lo que uno de cada dos pacientes habrá muerto a los cinco años de haber sido diagnosticado.

«La insuficiencia cardíaca no es una enfermedad benigna. Es crónica y grave. Es por eso por lo que el control de los factores de riesgo, así como el cuidado de los factores desencadenantes son clave. No es solo cuidarse si uno ingresa en el hospital, sino evitar que uno tenga que ingresar. Por eso la conexión primaria especializada es clave», asegura José Luis Zamorano, Jefe de Servicio de Cardiología del Hospital Ramón y Cajal de Madrid.

Para este experto, la asistencia primaria en España tiene una formación excelente. «Los médicos de familia se forman vía la oposición MIR y es un lujo contar con estos profesionales que están muy bien formados».

Dado que la enfermedad es crónica, su correcto manejo debe ser entre los especialistas y la atención primaria, insiste. Así, añade, «debe existir una continuidad asistencial que logre que el enfermo tenga la mayor estabilidad del paciente. Todos juegan un papel fundamental en el control de esta enfermedad, primaria, asistencia especializada, enfermería, familia. Es un equipo que debe actuar conjuntamente en esta enfermedad».

La insuficiencia cardiaca es muy prevalente, son muchos los enfermos que acuden al médico de primaria o al hospital. Además, muchas veces el enfermo acude a urgencias o ingresa en el hospital. Es tremendamente costosa no solo sanitaria sino además socialmente con muchas horas de trabajo perdidas, problemas familiares y coste psicológico personal del enfermo crónico.

El progresivo envejecimiento de la población hace que sea prioritario tomar conciencia de este problema tan prevalente que sin duda afecta a una gran parte de la población.

«El envejecimiento de la población es un hecho -afirma Zamorano-. Es un lujo de la Sociedad tener a nuestros mayores; pero no hay duda que eso lleva aparejado la aparición de más enfermedades que no existían antes. La insuficiencia cardiaca en el campo de la geriatría es tremendamente prevalente e importante».

Hay que considerar que la insuficiencia cardiaca es muy prevalente en España. Es una enfermedad crónica, de largo plazo, donde el enfermo va a tener períodos con mucha sintomatología y otros que gracias al tratamiento se va a encontrar mejor. Habitualmente el enfermo refiere falta de aire, cansancio o que nota que se le hinchan las piernas. En estadios más avanzados distensión abdominal puede también ser referido.

Los expertos demandan compromiso político que incluya el desarrollo de estrategias de prevención de factores de riesgo cardiovascular (diabetes, enfermedades de las arterias coronarias, presión arterial alta, tabaquismo u obesidad) y de promoción de hábitos de vida saludables (ejercicio físico activo, no fumar, alimentación saludable o reducción del estrés).

Zamorano no duda de que las Consejerías de Sanidad y el Ministerio de Sanidad luchan por mejorar la calidad de vida de los ciudadanos, pero advierte que es «prioritario tomar conciencia de este problema tan prevalente que sin duda afecta a una gran parte de la población».

Además, estas estrategias tienen que ir acompañadas de campañas públicas de concienciación y sensibilización en torno a la IC, que permitan a los ciudadanos conocer que el riesgo de sufrir esta enfermedad se puede reducir significativamente adoptando hábitos de vida saludables y tratando los factores de riesgo cardiovascular antes mencionados. Y algunas, señala, dirigidas a los mayores de 65 años para que se sientan «concienciados y cuidados por la sociedad».

Porque, como recuerda Zamorano, la insuficiencia cardiaca tiene un origen multifactorial en el que intervienen muchas enfermedades distintas: desde un paciente que ha tenido un infarto o enfermedad de las válvulas del corazón, hipertensión, las arritmias o incluso pacientes con el corazón dilatado por consumo excesivo de alcohol u otras patologías. Pero no solo causas cardíacas, señala, «también extra cardiacas, como patología tiroidea o anemia pueden causar insuficiencia cardiaca. Por último, no olvidemos que hay medicamentos que también pueden ser causa de insuficiencia cardiaca y por ejemplo en pacientes con cáncer que reciben tratamiento quimioterápico puede ocasionar insuficiencia cardiaca».

Además, la insuficiencia cardíaca es una enfermedad crónica que afecta a la calidad de vida. «El enfermo acude con frecuencia al médico, ingresa ocasionalmente, pierde horas de familia, de trabajo y tiene un coste psicológico importante. Todo esto debe considerarse cuando nos enfrentamos ante un paciente con insuficiencia cardiaca. Hay que cuidar al enfermo y darle confianza para que mejore».

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Fuente: ABC