Netanyahu se sienta en el banquillo para defender su inocencia en tres casos de corrupción

El primer ministro de Israel con más tiempo en el cargo vuelve a hacer historia, pero esta vez por ser el primer jefe de Estado en activo que comparecerá ante la Justicia. Si no hay cambios de última hora, el Tribunal del Distrito de la Ciudad Santa acogerá la primera sesión del juicio a Benjamín Netanyahu, a quien la Fiscalía imputa tres delitos de soborno, fraude y abuso de autoridad, que le pueden acarrear una pena de hasta diez años de prisión. El juicio debía haber comenzado a mediados de marzo, pero se retrasó a hoy debido a las medidas especiales adoptadas para frenar la expansión del coronavirus.

El líder del Likud llega reforzado a esta jornada clave para su futuro político tras haber logrado formar un gobierno de unidad nacional. Así se cerraron 18 meses de inestabilidad política en los que los israelíes fueron llamados en tres ocasiones a las urnas. Netanyahu siempre ha defendido su inocencia y se siente víctima de «una caza de brujas», es la frase que más ha repetido durante los tres años de investigaciones dirigidas por el fiscal gener­al de Israel, Avichai Mandelblit.

El primer ministro «está decidido a librar una guerra contra las instituciones legales de Israel y dividir a la población. Es el comportamiento que esperas de líderes que se adoran a ellos mismo más que al estado al que juraron servir y proteger», opina en su artículo de opinión en el diario Haaretz, Chemi Shalev, quien califica el proceso que arranca en Jerusalén como: «Benjamín Netanyahu contra el Estado de Israel».

A un mes de poner en marcha la anexión de Cisjordania, Netanyahu sigue los pasos de Ehud Olmert, ex primer ministro de su mismo partido que fue juzgado y declarado culpable por un delito de corrupción por el que pasó 16 meses en prisión. La diferencia es que la acusación contra Olmert llegó cuando ya había dejado la jefatura de Gobierno. Moshe Katsav, presidente del país entre 2000 y 2007, también del Likud, fue sentenciado a cinco años de prisión en 2010 por «violación y agresiones sexuales».

Tres casos abiertos

Los casos contra Netanyahu son los conocidos como «Caso 1000», en el que está imputado por fraude y violación de confianza por recibir regalos como puros, joyas y viajes por un valor de unos 180.000 euros de empresarios millonarios de Hollywood, a cambio de favores. El 'Caso 2000', en el que le imputan también por fraude y violación de confianza debido a la conspiración con el dueño del diario 'Yedioth Ahronoth', Arnon Mozes, también acusado, a cambio de obtener una cobertura favorable.

El último caso en explotar, y el más grave, es el «Caso 4000», en el que hará frente a cargos por sobornos, fraude y violación de confianza tras presionar para garantizarse una cobertura informativa favorable para él y su mujer a Walla, portal de noticias propiedad de Shaul Elovitch, principal accionista de Bezeq, el gigante de las telecomunicaciones en el país. A cambio, le habrían ofrecido favores gubernamentales en forma de regulaciones que reportaron millones de dólares a su compañía.

El Tribunal del Distrito de la Ciudad Santa, situado en la calle Saladino, en el corazón de la Jerusalén oriental ocupada militarmente por Israel desde 1967 y anexionada en 1980, será testigo de un día histórico. En el banquillo estará sentada la persona que aspira a culminar la tercera gran anexión del Estado judío tras las de Jerusalén Este y los Altos del Golán (1981). Será un proceso largo contra un político que, hasta el momento, se ha mostrado dispuesto a todo para seguir en el poder y lo ha conseguido.

Fuente: ABC