Navalni pasa su primera noche de arresto en una comisaría cercana al aeropuerto

Tras ser detenido ayer domingo por la tarde, nada más pasar el control de pasaportes en el aeropuerto moscovita de Sheremétievo, el principal adversario del Kremlin, Alexéi Navalni, fue trasladado a la comisaría número 2 de la Dirección del Ministerio del Interior ruso en la localidad de Jimki, situada en la periferia norte de Moscú, muy cerca del aeropuerto.

Pero de su paradero no se supo hasta bien entrada la madrugada y, una vez sus abogados llegaron a la comisaría de Jimki, no se les permitió reunirse con él. Los policías adujeron que Navalni estaba «durmiendo» y no se le podía molestar. Al final, según informa uno de los letrados, Vadim Kóbzev, la abogada Olga Mijáilova, pudo reunirse con el líder opositor.

Navalni se encuentra ahora a la espera de que el Tribunal Simónovski de la capital rusa decida si debe ingresar en prisión, como solicita el Servicio Penitenciario Federal de Rusia (FSIN), que le acusa de no haberse sometido periódicamente a las inspecciones penitenciarias, o ser liberado.

El político ruso fue sentenciado en 2014 a tres años y medio de prisión «condicional» por supuesta estafa y blanqueo de capital en el caso Yves Rocher. El FSIN quiere que Navalni cumpla ahora la condena en la cárcel. Pero hoy deberá decidirse en un juzgado de Jimki, según acaba de informar la portavoz de Navalni, Kira Yarmish, si deberá esperar el fallo del Tribunal Simónovski en prisión preventiva, arresto domiciliario o puesto en libertad.

Tras cinco meses en Alemania, en donde recibió tratamiento para superar el envenenamiento sufrido el pasado mes de agosto mientras hacía campaña por Siberia, el líder opositor regresó ayer a Rusia. Sus partidarios le esperaban en el aeropuerto de Vnúkovo, en donde fueron dispersados y se practicaron cerca de 60 arrestos, pero el avión aterrizó en el aeropuerto de Sheremétievo.

Las condenas internacionales por la detención de Navalni no se han hecho esperar. Han exigido su liberación inmediata la Unión Europea, Estados Unidos, Alemania, Francia, Italia y el Reino Unido. Durante su rueda de prensa anual, este año a través de videoconferencia, el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, ha declarado que los pronunciamientos de los países de Occidente en relación con Navalni «sólo pretenden distraer la atención de la crisis en la que se encuentra el modelo liberal».

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Fuente: ABC