Maternity blues: Adelantarse a la ‘tristeza’ postparto

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El proyecto Maternity Blues se creó para detectar en qué casos esto puede interferir en el buen desarrollo del proceso y saber cómo superarlos.

Muchas son las exigencias y expectativas que rodean a la maternidad, propias y ajenas, pero cuando los hechos y experiencias no se acercan a esas expectativas suele aparecer el desánimo y la frustración.

La iniciativa surgió del grupo de enfermería, afirma Juan Ángel Moreno, director de Enfermería del Hospital Universitario Sanitas La Zarzuela y líder del proyecto. «La manifestación de tristeza, agobio e impotencia durante la gestación, parto y puerperio manifestada verbalmente o con signos y síntomas clínicos, como llanto, pérdida de apetito, falta de ilusión, son recogidos en la historia clínica, y son señales de alarma que se detectan tanto en las consultas como en la hospitalización, y que la enfermería detecta y debe darle soporte integral».

Flor de Bernardo, psicóloga del mismo centro lo explica: «Acompañamos a la familia, desde el inicio de la vida, poniendo a la mujer como centro y eje de la intervención. Brindamos orientación y soporte emocional en cada etapa, que las ayude a transitar todo este período de la mejor manera, y realizamos una identificación precoz de los síntomas que puedan ser señales de alarma».

Cuando se habla de depresión asociada al embarazo se piensa sobre todo en lo que ocurre después del parto, pero el seguimiento incluye desde el inicio de la gestación y no necesariamente vinculado a problemas físicos, explica Moreno. Para comprobar que las señales de alarma son reales se hace un cuestionario que determina la necesidad de la consulta de psicología.

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De Bernardo explica que «contamos con recursos, técnicas y test que nos ayudan a hacer un diagnóstico diferencial y establecer niveles de gravedad. Pero es la escucha empática, el contacto con la paciente, la experiencia clínica lo que nos ayuda a interpretar los datos obtenidos y hacer la valoración». El programa es integral por lo que también incluye a la pareja.

La clave del éxito es contar con un equipo interdisciplinar que está en permanecerte comunicación

Ni normal ni pasajero

Tras las sospechas, «la respuesta inmediata es la atención para descartar alguna patología o proceso que justifique ese estado de disforia. Descartada esta posibilidad se le ofrece el apoyo emocional, y en caso de ser aceptado, se activa la llamada a psicología». Una vez ofrecido el servicio de seguimiento, algunas de las familias lo rechazan ya que piensan que puede ser un síntoma normal y pasajero, «aunque la mayoría lo aceptan». En ningún caso estas alteraciones deben ser minusvaloradas o pensar que se irán con el tiempo, ya que pueden tener consecuencias y secuelas importantes, porque se corre el riesgo de cronificar. La clave del éxito es contar con un equipo interdisciplinar que está en permanecerte comunicación, añade De Bernardo.

Fuente: ABC