Macron, en la Sorbona: «No renunciaremos a publicar caricaturas»

Emmanuel Macron presidió la tarde del miércoles el solemne homenaje nacional ofrecido a Samuel Paty (1973-2020), el profesor decapitado el viernes pasado por un asesino yihadista ruso (checheno), en el patio de honor de la Sorbona, universidad legendaria, símbolo universal del triunfo final de la educación y la cultura contra las fuerzas del mal, el oscurantismo y la muerte.

El homenaje presidido por el presidente de la República estuvo estrechamente concertado con la familia de Samuel Paty.

Los presidentes de la Asamblea Nacional y el Senado, el gobierno en pleno, la alcaldesa de París y todos los líderes de todas las fuerzas políticas nacionales, de izquierda y derecha, con la excepción de Marine Le Pen, estuvieron presentes en el homenaje, entre otros 400 invitados escogidos entre los amigos del profesor decapitado y la elite educativa y cultural de Francia.

Se trataba de mostrar la unidad cultural profunda de la Nación, recogida en uno de los centros universitarios más simbólicos de la historia de nuestra civilización.

En Bobigny, al norte de París, el martes, Emmanuel Macron presentó los detalles judiciales y policiales de la movilización total del Estado contra la barbarie islamista.

En la Sorbona, el miércoles, el jefe del Estado proclamó el triunfo final de la escuela, matriz cultural de la Nación, contra las fuerzas del mal, el oscurantismo y la muerte.

Recogido ante el ataúd de Samuel Paty, el presidente Macron comenzó el homenaje imponiendo póstumamente la medalla de la Legión de Honor al profesor decapitado, héroe y mártir de la educación nacional.

Visiblemente emocionado, pálido, con la voz entrecortada, el presidente de la República comenzó centrando de este modo el sentido último del homenaje:

«Hoy no hablaré del cortejo de terroristas, de sus cómplices. No hablaré de esos bárbaros. No lo merecen. Hoy hablaré del profesor caído por haber decidido que sería profesor, asesinado porque había decidido enseñar a sus alumnos a convertirse en ciudadanos libres».

Para explicar esa tarea esencial, Emmanuel Macron recordó a Jean Jaurès y Albert Camus, para presentar la tarea heroica del profesor con palabras de una carta de Jaurès dirigida a los maestros de Francia: «Los maestros tienen en sus manos la inteligencia y el alma de los niños, sus alumnos. Vosotros les enseñáis a ser libres y la soberanía de la Nación. El maestro enseña el culto del alma y el sentimiento de alegría infinita que triunfa contra las fuerzas del mal, la oscuridad y la muerte».

En esa estela moral y espiritual, Macron continuó insistiendo en la doble dimensión cultural y pedagógica del homenaje: «Daremos a nuestros profesores los medios necesarios para continuar asegurando su tarea titánica, matriz de la Nación, en la escuela, contra las fuerzas de la violencia y la intimidación. Daremos a nuestros profesores el poder de seguir haciendo ciudadanos libres».

Dando un sentido cultural profundo a la movilización policial y judicial, total, contra la barbarie terrorista, Macron insistió en el «sentido» (bárbaro y criminal) de la decapitación de Samuel Paty: «¿Porqué fue asesinado? Fue asesinado porque él encarnaba la Nación, la República, la cultura, la escuela, todo lo que desean destruir los islamistas. Pero nuestros maestros, profesores, héroes tranquilos, nunca cederán y continuarán siempre esa tarea esencial».

El jefe del Estado también dio a ese mensaje, central, una dimensión práctica inmediata, indisociable de la publicación de las caricaturas de Mahoma que precipitaron la matanza del semanario «Charlie Hebdo», el 2015, y han sido el «pretexto» de dos atentados yihadistas en cuatro semanas: «Samuel Paty se ha convertido en el rostro de nuestra voluntad de triunfar contra el odio terrorista. Seguiremos defendiendo la libertad de enseñar. No renunciaremos a publicar caricaturas. Recordaremos a cada instante que nuestras libertades triunfarán contra la barbarie, el odio y el odio, a través del respeto del otro y la defensa de nuestras libertades».

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Fuente: ABC