Lukashenko arremete contra Rusia a días de unas elecciones con un posible un duelo inédito

En la víspera de las elecciones presidenciales del domingo, el presidente bielorruso, Alexánder Lukashenko, se encuentra envuelto en un cuerpo a cuerpo con su homólogo ruso, Vladímir Putin, a cuenta de la detención en las afueras de Minsk, hace justo una semana, de 33 supuestos miembros del grupo de mercenarios rusos denominado Wagner, a los que se incrimina por haber estado preparando «actos terroristas» para desestabilizar el país.

Durante su veinteavo discurso anual ante el Parlamento, Lukashenko arremetió duramente contra Rusia, a cuyos dirigentes reprochó sus «mentiras» por argumentar que los paramilitares estaban en Bielorrusia de tránsito hacia otro países (Venezuela, Siria, Turquía y Libia). «Salta a la vista que preparaban una masacre en el centro de Minsk», soltó el máximo dirigente bielorruso ante diputados, miembros del Gobierno, representantes sociales y diplomáticos, unos 2.500 asistentes en total al gran Palacio de la República.

Afirmó que los rusos arrestados «lo han confesado todo». Los enviaron, subrayó, no a terceros países, sino «a Bielorrusia y les dieron la orden de mantenerse aquí a la espera». Lukashenko acusó también a Moscú de estar empleando enormes recursos, «miles de millones», contra Bielorrusia, «todo un ejército de troles y provocadores de la información trabajan día y noche para desestabilizar el país». Como toque de advertencia al Kremlin, el Ejército bielorruso llevará a cabo en los próximos días unas maniobras militares.

Duros ataques

A continuación se empleó a fondo también con la oposición bielorrusa, agrupada en torno a Svetlana Tijanóvskaya, una ama de casa que ha tomado el relevo a su marido encarcelado, Serguéi Tijanovski. El presidente bielorruso denunció que «aquellos que en campaña electoral recurren a las protestas y dividen al pueblo en propios y ajenos reventarán primero la sociedad y después romperán el país en pedazos». Dijo que «hay que acudir a las urnas y no a manifestarse en las plazas (…) no pienso robarle los votos a nadie». Advirtió que se aplicará «máxima dureza» con quienes participen en manifestaciones no autorizadas.

Tijanóvskaya ha unido sus fuerzas a las de otros dos candidatos también excluidos, Víctor Babariko y Vitali Tsepkalo, el primero en prisión y el segundo huido a Rusia para evitar represalias. Ambos también están ahora representados por dos mujeres, Verónica Tsepkalo, esposa de Vitali, y María Kolésnikova, la jefa de campaña de Babariko. Las tres mujeres han logrado reunir en los últimos días a decenas de miles de personas, algo sin precedentes en la historia reciente del país, en mítines organizados en Minsk y en otras muchas ciudades del país. Lukashenko las llamo ayer «pobres chicas». Según su punto de vista, «no saben lo que dicen ni lo que hacen».

Mientras tanto, desde Moscú han instado ya varias veces a Lukashenko a liberar a los 33 mercenarios rusos y lanzan ya amenazas veladas. «En lo que respecta a los ciudadanos rusos detenidos en Bielorrusia y a todo el espectáculo que se ha montado en torno a ellos, no les vamos a abandonar a su suerte, y en Minsk lo saben muy bien», escribió ayer en Facebook la portavoz del Ministerio de Exteriores ruso, María Zajárova.

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Fuente: ABC