Los talibanes prometen «transparencia» en la gestión de los mil millones de ayuda humanitaria

La comunidad internacional se ha comprometido al envío de 1.200 millones de dólares -unos mil millones de euros- en ayuda humanitaria a Afganistán, un proceso que estará marcado por la cooperación de los talibanes para que llegue a quienes lo necesitan. Los compromisos se han alcanzado esta semana durante la primera conferencia de alto nivel organizada por Naciones Unidas sobre Afganistán desde que los talibanes tomaran el control del país a mediados del mes pasado.

En un principio, la ONU, a través de su secretario general, Antonio Guterres, había pedido 606 millones de dólares de emergencia para cubrir las necesidades de los afganos de aquí a final de año y evitar un desastre humanitario.

Martin Griffiths, el principal alto cargo de la ONU sobre ayuda humanitaria, detalló que los compromisos financieros adoptados por los países donantes duplican esa cantidad y que se destinarán no solo la ayuda humanitaria de emergencia dentro de Afganistán, sino también a una respuesta regional sobre la crisis de refugiados en países vecinos provocada por la llegada de los talibanes a Kabul.

«Después de décadas de guerra, sufrimiento e inseguridad, se enfrentan quizá al momento más peligroso», dijo Guterres, que aseguró que uno de cada tres afganos no sabe de dónde provendrá su siguiente comida, que la tasa de pobreza se dispara y que los servicios públicos básicos están al borde del colapso completo. Antes de la toma de Kabul, casi la mitad de la población afgana -unos 18 millones de personas- dependían de asistencia.

Coperación de los talibanes

Estos esfuerzos, sin embargo, dependerán de la cooperación de los talibanes, que tendrán poder decisión sobre la ayuda humanitaria y sobre la capacidad operativa de las agencias humanitarias con presencia en el país.

«El 'emirato' tratará de hacerlo lo mejor posible para entregar esta ayuda a la gente que lo necesita de una forma completamente transparente», dijo ayer Amir Khan Muttaqi, el ministro de Exteriores del gobierno temporal creado por los talibanes, en su primera rueda de prensa en el cargo. Muttaqi añadió que Afganistán «es pobre» y «necesita toda la ayuda posible» y que ellos la distribuirán sin corrupción, algo dudoso en un país lastrado por ella.

«Es imposible proporcionar asistencia humanitaria dentro de Afganistán sin involucrar las autoridades ‘de facto’», reconoció Guterres ante los representantes de países donantes. «Es muy importante involucrar a los talibanes en este momento».

Guterres aseguró que la ayuda podría servir para hacer exigencias a los talibanes sobre su nuevo régimen y evitar los abusos de la última vez que estuvieron en el poder, desde 1995 a 2001.

EE.UU. dejó claro que la ayuda tiene que tener contraprestaciones. Linda Thomas-Greenfield, la embajadora ante la ONU, aseguró en la conferencia que EE.UU. añadiría 64 millones de dólares en asistencia adicional a Afganistán, para un total de 330 millones este año. «Necesitamos compromisos orales y escritos de los talibanes sobre los derechos para operar de las agencias humanitarias y sobre el respeto a los derechos de grupos minoritarios, mujeres y niñas», dijo en su intervención. «Las palabras no son suficientes. Necesitamos actos».

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Fuente: ABC