En un esfuerzo por garantizar la transparencia en el uso de los recursos de todos los argentinos, el Gobierno de Javier Milei, a través de la Sindicatura General de la Nación (SIGEN), anunció el inicio de auditorías en la Universidad de Buenos Aires (UBA).
Sin embargo, el Rectorado de la UBA se movilizó para evitar este proceso, argumentando una "intervención inconstitucional" y optó por iniciar acciones legales para frenar la auditoría.
La decisión generó interrogantes sobre el manejo de fondos en una de las instituciones educativas más importantes de Argentina y puso en evidencia su gran resistencia a la transparencia.
A pesar de que la auditoría es promovida para supervisar y asegurar el correcto uso de los fondos públicos, el Consejo Superior de la UBA, en una reciente sesión, aprobó emprender medidas judiciales contra el procedimiento de SIGEN, buscando evitar cualquier revisión externa de su presupuesto.
En un comunicado publicado por Manuel Adorni, vocero presidencial, se recordó la importancia de auditar aquellas instituciones que son financiadas por todos los argentinos, sobre todo en tiempos de crisis, donde la transparencia es fundamental.
Según la UBA, la Constitución Nacional y la Ley de Educación Superior amparan su autonomía, lo que respaldaría la independencia financiera de la universidad frente al Poder Ejecutivo.
Sin embargo, si bien la autonomía universitaria es reconocida, el Gobierno de Milei señaló que esto no es una excusa para que la UBA opere sin ningún tipo de control en el manejo de sus recursos.
La SIGEN, bajo la dirección de Miguel Blanco, planea comenzar la auditoría el 28 de octubre, una medida que no se realizaba desde hace varios años.
El rector de la UBA, Ricardo Jorge Gelpi, calificó esta medida de transparencia como una "violación" a la autonomía universitaria, y sostuvo que la administración de la UBA no debería quedar bajo supervisión del Poder Ejecutivo.
La universidad justica su negativa señalando que la supervisión externa ya recae en la Auditoría General de la Nación (AGN), sin embargo, es un organismo que está controlado por radicales y kirchneristas, muy cercanos a las autoridades universitarias, por lo que se pone en duda su autenticidad.
Ante esto, el Gobierno de Milei insiste en que el objetivo es auditar en detalle cómo se gestionan los recursos públicos. Manuel Adorni expresó en sus redes: "La gente merece saber en qué se gasta el dinero de sus impuestos; algunos parecen no entenderlo".
Muchos se preguntan qué puede estar detrás de este intento de bloquear la intervención de SIGEN. Las universidades estatales, como organismos que reciben grandes cantidades de fondos del Estado, están llamadas a rendir cuentas de manera más transparente, algo que el Gobierno de Milei busca asegurar mediante esta medida.
En este contexto, el presidente Milei ha reiterado que las auditorías en instituciones financiadas con fondos públicos son necesarias para proteger el patrimonio de todos los argentinos.
El mismo mandatario argentino, al inaugurar el Centro Cultural Palacio Libertad Domingo Faustino Sarmiento (ex CCK), mencionó la contradicción que implica que "en un país donde la mayoría de los niños viven en la pobreza y carecen de habilidades básicas de lectura, escritura y cálculo, la universidad gratuita se convierta en un subsidio de los pobres hacia los ricos".
Este mensaje subraya el compromiso del gobierno libertario por una administración más equitativa y clara de los recursos nacionales.
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La Procuración del Tesoro de la Nación, dirigida por Rodolfo Barra, fue la encargada de firmar la resolución que autoriza a SIGEN a intervenir en la fiscalización de los fondos en las universidades.
La auditoría de los fondos es un derecho de todos los argentinos y la transparencia en las instituciones públicas es un eje fundamental del Gobierno de Milei, asegurando que las universidades rindan cuentas sobre el uso del dinero público.
Fuente: Derecha Diario