La salida de Kurz de la política arrastra a una crisis en el Gobierno de Austria

El canciller federal de Austria, Alexander Schallenberg, puso anoche su cargo a disposición del presidente y de su partido, el Partido Popular de Austria (ÖVP), después de que su predecesor y presidente del ÖVP, Sebastian Kurz, anunciase por su parte que abandona todos sus cargos y se retira de la política. «No es mi intención y nunca ha sido mi objetivo asumir el cargo de presidente del ÖVP», explicó Schallenberg, hombre de confianza de Kurz y designado por el excanciller como su sucesor al frente del gobierno tras la dimisión de Kurz, el pasado 9 de octubre. «Soy de la firme opinión de que ambas oficinas, la jefatura de gobierno y el presidente del partido federal del partido más fuerte de Austria deberían reunirse rápidamente en una sola mano», justificó.

Según varios informes de medios de comunicación austriaco, será el actual ministro de Interior, Karl Nehammer, quien asumirá el liderazgo del ÖVP. También se convertirá, si las dos sillas han de ser ocupadas por la misma persona, en canciller federal. Esta mañana está prevista una reunión del comité ejecutivo federal del ÖVP en la que se comenzará a tomar decisiones. De cara a esta reunión, los hombres de Kurz en el gobierno están dando en cadena pasos atrás. El ministro de Finanzas, Gernot Blümel, anunció su dimisión anoche con un discurso paralelo al que había hecho Kurz por la mañana.

Pusieron el partido en manos de Kurz

«He decidido dejar la política», dijo Blümel informó en un comunicado publicado en Facebook. Una de las razones de su decisión, según dejaba traslucir en ese mensaje, era la protección de su familia. «El hecho de que mis actividades políticas y las disputas políticas internas que resultaron de ellas condujeron repetidamente a amenazas de muerte contra mi esposa y mi familia es algo que no he superado por completo a lo largo de los años». También reconoció que la renuncia de Sebastian Kurz fue el empujón final para su decisión. Al igual que Kurz, que ha sido padre por primera vez el fin de semana pasado, Blümel está de enhorabuena y acaba de celebrar el nacimiento de su segundo hijo. «Me he decidido por mi familia», declaró, sin desvelar aún cuál será su destino en el sector privado.

Tanto el gobierno austriaco como la dirección del ÖVP están ahora en el aire porque, cuando Kurz se hizo con la presidencia del partido exigió tres condiciones: derecho de elaboración de las listas electorales, libertad para las decisiones de coalición y la decisión única sobre los puestos clave en el partido. Los barones regionales estuvieron de acuerdo y posteriormente contribuyeron con todo su peso a la política turquesa de su joven presidente. Mientras Kurz tuviera éxito y con la garantía de sus propias victorias electorales pusieron el partido en sus manos. Pero apenas abrió la Fiscalía la investigación judicial contra Kurz, se percibió un movimiento de desconexión.

Posición de Los Verdes

Uno tras otro, los gobernadores del ÖVP aseguraron que siempre habían sido más negros que turquesas, girando así hacia las esencias del partido anterior a la ascensión del jefe de sus juventudes. Como resultado, Schallenberg ya no pudo dar vida a los derechos de toma de decisiones que Kurz había exigido a los gobernadores provinciales cuando fue entronizado, que en cuestión de días habían llenado el vacío de poder después de que Kurz «se hiciera a un lado». La semana pasada, mientras Schallenberg prometía que no habría ningún confinamiento para las personas vacunadas en Austria, varios líderes regionales se pronunciaban a favor, dejando en evidencia que la opinión de Schallenberg ya no era relevante.

Nehammer, que parece dispuesto a aceptar la responsabilidad y hacerse cargo, tiene su base de poder en la Baja Austria, no pertenece al estrecho círculo de confianza de Kurz. Más bien, ha sido la gobernadora Johanna Mikl-Leitner quien ha hecho campaña a su favor. El jefe regional de Tirol, Günther Platter, ha descrito la decisión como «finalmente comprensible». Su homólogo de Estiria, Hermann Schützenhöfer, ha declarado que Kurz había llevado al Partido Popular a «alturas elevadas», pero que la situación ha «cambiado significativamente». Schützenhöfer respeta la decisión de Kurz, que, dice, «finalmente fue inevitable».

La siguiente pregunta es si la coalición de gobierno con Los Verdes soportará la tensión de las nuevas dimisiones o si la oposición aprovechará el momento para lanzar un nuevo ataque. Y queda todavía la deriva judicial de las últimas acusaciones, que Kurz sigue rechazando de plano pero cuya investigación sigue en curso. Tanto Kurz como Blümel están siendo investigados como sospechosos de haber utilizado dinero del Estado para comprar espacios de publicidad institucional en medios que, a cambio, se prestaban a publicar encuestas favorables al joven político conservador, sobre las que supuestamente se había impulsado su ascenso al poder. A Kurz ya le ha sido retirado su blindaje.

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Fuente: ABC