La OTAN abandona sus aspiraciones globales y se centra en Rusia y China

La experiencia afgana ha llevado a la OTAN a reflexionar sobre su propia identidad y su capacidad de desplegarse en lugares remotos. Los ministros de Defensa aliados, reunidos de forma presencial en Bruselas han decidido concentrar sus capacidades para protegerse de las nuevas amenazas que representan Rusia y sobre todo China. Los aliados han decidido dar este giro estratégico para la OTAN, sin perder de vista tampoco que muchos países son de la opinión de que hay que restablecer la confianza en el papel de Estados Unidos, después del giro de Washington hacia Asia y la firma de una nueva alianza con Australia.

Según fuentes diplomáticas, esta primera discusión colectiva y en persona sobre la desastrosa retirada de Afganistán entre Washington y los aliados europeos se desarrolló no sin ciertas tensiones. El secretario norteamericano de Defensa, Lloyd Austin, llegó diciendo que estaba listo para discutir las lecciones del mayor fiasco en la historia de la organización y muchos países han dicho que la actitud de Washington y de la misma dirección de la OTAN, que en medio de la catástrofe estaban de vacaciones, no pueden repetirse.

Al inicio de la reunión, Stoltenberg ya adelantó que la organización se encuentra «en medio de una transformación» que consiste en volver a mirar hacia su espacio natural. «Hemos reducido significativamente el despliegue de misiones fuera de los territorios de la alianza y estamos fortaleciendo la defensa colectiva», por lo que «los ministros de Defensa van a aprobar los nuevos objetivos de capacidades militares y nuevos planes de defensa para el área euroatlántica», ahora que el objetivo es «tener las fuerzas adecuadas en los lugares adecuados, en el momento adecuado».

La política exterior en ocasiones agresiva de Rusia y China –dos países que se equipan con tecnologías ultramodernas, como los misiles hipersónicos, inmunes a cualquier medida preventiva existente, y al mismo tiempo llevan a cabo ataques informáticos contra intereses occidentales, por ejemplo durante los proceso electorales– son según Stoltenberg, la causa esencial de la revisión estratégica tras el fiasco afgano, por lo que es necesario «fortalecer nuestra ventaja tecnológica con el nuevo fondo de innovación en seguridad, dotado con 1.000 millones de dólares, y con la estrategia de inteligencia artificial», con la que la OTAN se quiere dotar.

La reunión terminará hoy después de analizar los vínculos con la Unión Europea, que está a su vez en plena discusión interna sobre las aspiraciones de algunos países para adquirir una capacidad de acción militar propia mientras que otros no quieren perder la fuerte vinculación con la OTAN.

Stoltenberg se ha esforzado en que «las diferencias de opinión» sobre la retirada de Afganistán no provoquen «disenso entre Estados Unidos y los europeos» y dijo que en su opinión, el desarrollo de una defensa propia de la UE, «debería estar disponbible también para la OTAN». La UE está elaborando su «brújula estratégica» para el mes de noviembre, según ha adelantado el Alto Representante para la Política Exterior, Josep Borrell, como un instrumento para tratar de definir los ángulos de esa capacidad militar propia de la UE.

La reunión servía también como despedida a la ministra de Defensa alemana, Annegret Kramp-Karrenbauer, que en medios diplomáticos se considera como la mejor situada en la carrera para suceder al actual secretario general de la organización, el noruego Stoltenberg. La alemana hizo una especie de presentación de candidatura con una tesis que quiere hacer compatible al mismo tiempo una mayor autonomía estratégica de Europa en el campo militar con el factor realista de que a su juicio incluso la debacle de Afganistán demuestra que Europa y Estados Unidos necesitan cooperar más estrechamente para ser más eficaces militarmente.

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Fuente: ABC