La OMC condena a Trump y pide que retire los aranceles a China

La Organización Mundial del Comercio (OMC) falló ayer que los multimillonarios aranceles aplicados por Donald Trump sobre productos importados de China en su dura guerra comercial son ilegales, aunque este dictamen no tendrá ningún efecto práctico, porque el sistema de apelaciones de esa organización internacional que se ocupa de las normas que rigen el comercio mundial está paralizado. La Casa Blanca respondió ayer airadamente a ese fallo, acusando a la OMC, como ha hecho en otras ocasiones, de ser un mero instrumento político al servicio de China.

El informe publicado el martes por la OMC concluye que «EE.UU. no ha probado que sus medidas estén justificadas», dándole la razón al régimen chino, que pidió mediación ante la aplicación de aranceles (impuestos en aduanas sobre la importación) por parte de Trump. China denunció que esos aranceles tienen «una finalidad descaradamente coercitiva».

Además el informe dice que el comité «es muy consciente del contexto más amplio en el que opera actualmente el sistema de la OMC, que refleja un abanico de tensiones comerciales mundiales sin precedentes».

A petición de China

En diciembre de 2018, China pidió que un grupo de expertos se pronunciara sobre la legalidad de esos aranceles, después de dos rondas de mediación que no lograron acuerdo alguno. El grupo lo conformaron tres expertos y participaron como observadores representantes de la Unión Europea, Australia, Brasil, Canadá, Rusia, India y otros países.

El responsable de comercio de EE.UU., Robert Lighthizer, respondió ayer a ese fallo alegando que la OMC es «incapaz de detener las prácticas tecnológicas nocivas de China». «Se debe permitir a EE.UU. defenderse de esas prácticas comerciales desleales [de China], y la Administración Trump no permitirá que China utilice la OMC para aprovecharse de los trabajadores, las empresas, los agricultores y los ganaderos estadounidenses», dijo Lighthizer en un comunicado. En sus alegaciones ante la OMC, la Casa Blanca había defendido previamente que tiene el derecho a tomar represalias porque China ha roto el principio de buena fe, y ha actuado repetidamente de forma desleal en el comercio con EE.UU., con subsidios gubernamentales para reducir precios, espionaje industrial y violación de la propiedad intelectual. La Casa Blanca se remitió a unas regulaciones de 1974 para justificar esos impuestos.

Lo cierto es que EE.UU. tenía un as en la manga en este proceso: la negativa de Washington desde 2016 al nombramiento de nuevos jueces en el tribunal de apelaciones de la OMC, que ha llevado a la organización a una parálisis completa. Ese tribunal de apelación, que habitualmente consta de siete jueces, tiene actualmente sólo uno: la china Hong Zhao. Al ser ese tribunal la instancia más alta en la resolución de disputas comerciales, cuyas decisiones son vinculantes, cualquier fallo final está congelado. Ahora, a EE.UU. sólo le basta con apelar el fallo del comité de este martes para que este quede paralizado de forma indefinida. Puede hacerlo en un plazo de 60 días.

Desde que llegó a la Casa Blanca, el presidente Trump ha aprobado aranceles sobre productos chinos por valor de más de 500.000 millones de dólares (unos 340.000 millones de euros al cambio actual), del los que quedan en vigor los últimos, por valor 370.000 millones de dólares, según los datos oficiales de la Administración estadounidense.

Según ha dicho repetidamente el presidente, el objetivo de esos impuestos es forzar a China a que «tenga un trato comercial más equitativo y justo» con EE.UU. En 2019 EE.UU. importó de China bienes por valor de 450.000 millones de dólares, y exportó a ese país apenas 106.000 millones. El nuevo fallo de la OMC se refiere a dos rondas de aranceles de Trump en 2018 de hasta el 25%, a bienes por un valor estimado de 234.000 millones de dólares.

De todos modos, mientras ha litigado con EE.UU. en la OMC, China se ha apresurado a sentarse a la mesa de negociaciones. Hace un año ambos países llegaron a un acuerdo para retirar los aranceles, según el cual China se comprometió a importar entre 40.000 y 50.000 millones de dólares a los ganaderos y agricultores estadounidenses y a firmar un pacto en materia de propiedad intelectual. Trump firmó el acuerdo en una ceremonia en la Casa Blanca a la que invitó al vice primer ministro y artífice de la política económica de China, Liu He. Apenas 15 días después de recibir a la delegación de China en la Casa Blanca, Trump cerró las fronteras de EE.UU. a visitantes extranjeros que hubieran estado en el país asiático en los 14 días anteriores para prevenir las llegadas de personas infectadas con coronavirus.

Guerra diplomática

Desde enero, esta guerra diplomática entre Washington y Pekín ha mudado en un enfrentamiento por la gestión de la pandemia, que aquí en EE.UU. ha matado ya a 190.000 personas de seis millones contagiadas. Trump se suele referir al coronavirus como el «virus chino».

Por su parte, el ministerio de Comercio de China dijo en un comunicado el que informa Bloomberg que «está de acuerdo con esta decisión objetiva y justa del grupo de expertos». Además, reiteró las críticas del régimen chino al supuesto unilateralismo de EE.UU. y describió a la OMC como «una parte fundamental del sistema de comercio multilateral». «China espera ahora que la parte estadounidense respete plenamente la decisión del grupo de expertos», añadió.

El presidente Trump es muy crítico con las instituciones internacionales, y ya ha retirado a EE.UU. de la Unesco, la agencia de la ONU para la educación y la cultura, y ha iniciado la salida de la Organización Mundial de la Salud por sus lazos con China y su gestión de la pandemia.

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Fuente: ABC