Johnson planea anunciar un gran paquete de inversiones para reactivar la economía y crear empleos

Boris Johnson era hasta hace un poco uno de los líderes mundiales que mejor salía parado en las encuestas. Pese a que Reino Unido es uno de los países más afectados por el brote de Covid-19, con más de 43.000 personas fallecidas, y a que la gestión del primer ministro ha sido muy criticada desde diversos sectores, la población seguía dandole un voto de confianza. La tendencia parece haber cambiado: según un sondeo de la consultora Opinium, el 37% de los votantes piensa que el líder del partido laborista, Keir Starmer, que asumió su cargo en abril, sería mejor primer ministro que Johnson, a quien apoya el 35% de los encuestados.

Y si al inicio de la pandemia la diferencia entre el apoyo a conservadores y laboristas era del 15%, ahora es solo del 4%. La caída es notable, y ha hecho saltar las alarmas para el «premier», que creía tenerlas todas consigo al ganar la mayoría absoluta en las elecciones de diciembre sin saber que una pandemia se cruzaría en su camino. Así, ha decidido tomar medidas para remontar, en medio, eso sí, de un panorama complicado: los científicos han advertido de un posible aumento de casos de Covid-19 una vez que el próximo sábado se suavicen aún más las medidas de confinamiento en Inglaterra y abran los pubs, restaurantes, cines y peluquerías, entre otros negocios, y con las negociaciones del Brexit con la Unión Europea en punto muerto y con el tiempo encima.

Con el fin de ganarse a la ciudadanía y hacer una declaración de intenciones, Johnson ha anunciado un plan de inversiones públicas de 250.000 millones de libras (unos 273.000 millones de euros) que serán inyectados en infraestructura hospitalaria, viviendas, colegios, hospitales y otras obras de construcción de gran envergadura, como carreteras, cárceles y el tren de alta velocidad entre la capital y el norte del país. El bautizado como «Proyecto velocidad», que será anunciado oficialmente mañana, tiene como objetivo principal impulsar la recuperación económica y la creación de empleo, por lo que un equipo de trabajo evaluará los proyectos pendientes en diferentes ciudades para tramitar, sin retraso, su aprobación.

«La respuesta al coronavirus ha demostrado que no hacen falta años para poner en marcha proyectos esenciales: el hospital Nightingale y el desafío de los ventiladores empezaron a funcionar en cuestión de semanas», señaló un portavoz de Downing Street, que añadió: «A medida que nos recuperamos de la pandemia, debemos aplicar esa misma urgencia a los principales proyectos en los cimientos de este país y hacerlos bien». «Ahora no hay excusa para retrasos. La infraestructura tiene el poder de reconstruir y reparar nuestro país, y lo haremos mejor, más rápido y de forma más estratégica que antes», aseveró.

Con respecto al Brexit, las negociaciones se retomarán esta semana, pero Reino Unido está dispuesto a establecer una relación comercial con la UE semejante a la existente con Australia, que es básicamente de mínimos, si no se alcanza un acuerdo. En un comunicado, Downing Street aseguró que «Boris Johnson ha señalado que el Reino Unido negociará de forma constructiva, pero estaría igualmente dispuesto a marcharse de la UE según los términos que rigen para Australia si no es posible alcanzar un acuerdo». Además, el país comunicó hace unos días su decisión de no solicitar ninguna prórroga para su salida definitiva tras el período de transición, que acaba el 31 de diciembre de este año.

Fuente: ABC