En 2002 el sheriff Joe Arpaio, el brazo de la ley en el condado Maricopa, el más poblado de Arizona, pudo presentarse a gobernador de ese estado del suroeste de EE.UU. Las encuestas previas le daban favorito. Pero prefirió seguir como sheriff, un cargo en el que llevaba desde 1992 y en el que se quedó hasta 2016. «Quiero morir como agente de policía», dijo entonces. A sus 88 años, parece dispuesto a cumplirlo. Arpaio, que se bautizó a sí mismo como el «sheriff más duro de América», se juega hoy recuperar su estrella en las primarias que celebra Arizona. Busca ser el candidato republicano a sheriffcon el mensaje de siempre: mano dura contra los
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Fuente: ABC