Italia impondrá duras medidas contra la pandemia durante las fiestas navideñas, con el objetivo de evitar una tercera ola. Se mantendrá el toque de queda a partir de las 22.00 hroras y no habrá excepciones para Nochebuena y fin de año, lo que obliga a adelantar la misa del Gallo. El gobierno quiere evitar a toda costa que se repita la situación del pasado verano, cuando los ciudadanos se marcharon de vacaciones creyendo que la batalla del virus estaba ganada y no se respetaron debidamente las normas contra el Covid. Así lo ha reconocido el ministro para las Regiones, Francesco Boccia: «La prudencia y la atención es nuestra línea, anteponiendo la salud a todo lo demás. Se debe impedir lo que sucedió el verano pasado».
El gobierno aprobará en los próximos días el decreto con las nuevas normas. Una de las claves será el prohibir los desplazamientos entre las regiones, desde el 20 de diciembre hasta el 6 de enero, salvo por motivos de salud, trabajo o emergencias. Se estudia la posibilidad de conceder autorización, con la debida autocertificación, para trasladarse a otra región solo en casos específicos, como puede ser la necesidad de estar con un familiar enfermo o padres ancianos solos. Esos quince días –desde el 20 diciembre al 6 de enero- son motivo de gran preocupación para todo el gobierno: «La prudencia es fundamental para protegernos a nosotros y a nuestros seres queridos. Y necesitamos respeto por los médicos, enfermeras y trabajadores de la salud que arriesgan sus vidas para curarnos», ha dicho el ministro de Sanidad, Roberto Speranza. El año pasado, más de 10 millones de italianos salieron de casa para comer en un restaurante el 25 de diciembre o para la cena de Nochevieja. En este año, Confcommercio-Fipe estima que la pérdida económica para los propietarios de locales será de unos 720 millones.
La extrema prudencia del gobierno está dictada también por comité sanitario: “Con las cifras actuales de contagio es muy difícil imaginar algún tipo de desplazamiento de los ciudadanos, reuniones y concentraciones”, ha dicho el presidente del Instituto Superior de Sanidad, Silvio Brusaferro. Concretamente, el domingo hubo 20.648 nuevos contagios y 541 fallecidos, mientras este lunes los nuevos infectados fueron 16.377 y 672 los muertos.
Para las reuniones familiares durante las fiestas, el gobierno pide que se limiten a padres e hijos, cónyuges y convivientes. Se estudió imponer un límite, entre 6 o 10 personas, sin contar a los niños, pero al final seguramente no se establecerá un número preciso.
Los llamamientos a la prudencia se extienden especialmente después de las aglomeraciones que se vieron el pasado fin de semana en las grandes ciudades. «Lo que el domingo vimos en algunas calles de Turín es algo que me recuerda al verano y no nos lo podemos permitir. Es algo inaceptable», ha dicho el presidente de la región de Piamonte, Alberto Cirio. Precisamente, para evitar las aglomeraciones, el ministerio del Interior piensa en enviar una nueva circular a los delegados del gobierno en las regiones, para fortalecer la supervisión de las medidas contra el Covid.
Para los italianos que viajen al extranjero a pasar las fiestas navideñas, el gobierno quiere introducir la obligación de cuarentena cuando regresen a Italia. «Debemos movernos sólo por razones estrictamente necesarias y evitar en la medida de lo posible el contacto entre personas», insiste el ministro de Sanidad, Roberto Speranza. Se trata de una mala noticia para los amantes del esquí que pensaban viajar a las estaciones de la vecina Suiza, teniendo en cuenta que Italia no permitirá la semana blanca en su territorio. «Los que vayan a Suiza tendrán que someterse a cuarentena», ha advertido el ministro de Asuntos Exteriores, Ludigi Di Maio.
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Fuente: ABC
