Guerrilla urbana en Roma contra el toque de queda, como el día anterior en Nápoles

Vuelve la alarma sobre el orden público en Italia, tras el toque de queda y restricciones impuestas en algunas regiones. En el entorno de la céntrica plaza del Popolo en Roma se vivieron en la noche del sábado al domingo horas de guerrilla urbana, en protesta contra el toque de queda, establecido en el Lazio a medianoche.

Grupos anarquistas y ultraderechistas lanzaron cócteles molotov, petardos y otros artefactos explosivos, quemaron dañaron coches y mantuvieron duros enfrentamientos con las fuerzas del orden. «Forza Nuona», grupo ultraderechista, había anunciado en tuit su lucha contra el toque de queda: «Listos para echarnos a la calle, sin miedo».

Era una protesta y guerrilla urbana claramente organizada, como lo demuestran no solamente los explosivos que lanzaron, sino también el hecho de que algunos manifestantes iban con la cara tapada con capuchas y cascos.

Parecida situación se vivió en la noche del viernes al sábado en Nápoles, con duros enfrentamientos entre las fuerzas del orden y grupos anarquistas, radicales, ultraderechistas, negacionistas del virus y clanes camorristas. Los manifestantes protestaban contra el toque de queda impuesto por el presidente de Campania, Vincenzo De Luca, quien había amenazado también con un confinamiento general. Al final, De Luca ha tenido que dar marcha atrás, ante la guerrilla urbana del viernes y el riesgo de que continúen los desórdenes públicos.

«Nápoles, un laboratorio»

El malestar y las tensiones sociales a causa de la pandemia son cada día más evidentes. «Lo ocurrido en Nápoles es la señal de lo que podría suceder en el resto de Italia y en toda Europa. Nápoles sigue teniendo este extraño destino de ser un territorio que se anticipa a las tendencias, como un laboratorio en el que se experimenta lo que sucederá en otros lugares», destaca este domingo en «La Repubblica» el escritor napolitano Roberto Saviano, en un artículo titulado «El laboratorio napolitano», destacando que «no es solo la Camorra la que está detrás de los actos violentos, sino que es la desesperación del sur la que está explotando».

Aunque algunos expertos han planteado medidas aún más restrictivas, sin descartar un nuevo confinamiento, el primer ministro, Giuseppe Conte, por ahora rechaza un cierre total como ocurrió en marzo, y ni siquiera desea que se hable de ello. El temor a disturbios armados si se produce un confinamiento general del país había sido expresado por el profesor Ranieri Guerra, representante de la Organización Mundial de la Salud en el comité científico que asesora al gobierno italiano: «Debemos evitar el confinamiento porque provocaría disturbios armados. La gente está exhausta por el encierro de tres meses. Desgraciadamente, en el verano bajaron demasiado la guardia, alentados también por colegas que no entienden muy bien qué trabajo hacen».

Autocrítica

Además del temor a las protestas y guerrilla urbana en caso confinamiento, ahora descartado, el Gobierno considera que un toque de queda general en todo el país no es eficaz, según el profesor Walter Ricciardi, asesor del ministro de Sanidad, Roberto Speranza, y miembro del comité científico, quien hace también autocrítica: «¿Qué nos salió mal? Muchas regiones no han hecho lo que tenían que hacer este verano para adaptar su sistema sanitario; hoy estamos pagando las consecuencias. Tenemos pocas semanas para intervenir. Se necesitan cierres locales, incluso regionales, porque el toque de queda general no funciona, lo hemos visto con los malos resultados de Francia».

Alarma por la tensión social

En cualquier caso, el Gobierno teme que las legítimas protestas de los ciudadanos y su derecho a manifestarse ante las medidas restrictivas desemboquen en violencia por las acciones de grupos radicales. La ministra del Interior, Luciana Lamorgese, ha destacado que «detrás de las manifestaciones violentas y agresiones hay un plan previamente organizado que poco tiene que ver con la crisis económica».

La posibilidad de un escenario de violencia había sido imaginado por el ministerio del Interior. Los servicios secretos alertaron de la posibilidad de una guerrilla urbana en varias ciudades. El director general de la policía, Franco Gabrielli, en contacto con todos los jefes de policía de las regiones de Italia, ha planificado controles en prevención de desórdenes públicos.

El malestar y las tensiones sociales preocupan también al presidente de la República, Sergio Mattarella. El próximo martes presidirá el ya programado Consejo supremo de la Defensa, convocado dos veces al año por Mattarella. Uno de los temas será justamente «las consecuencias de la emergencia sanitaria sobre los equilibrios estratégicos y de seguridad globales, con particular referencia a la OTAN y a la Unión Europea».

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Fuente: ABC