El pulso por el poder entre Gantz y Netanyahu empuja a Israel a las cuartas elecciones en menos de dos años

El mismo día en el que el director del ministerio de Salud, Hezi Levy, alertaba de que Israel está a las puertas de un nuevo estado de emergencia a causa de la tercera oleada del coronavirus, el parlamento dio el primer paso hacia unas nuevas elecciones. Pese a los casi 3.000 muertos por la pandemia, el primer ministro, Benjamín Netanyahu y su ministro de Defensa, Benny Gantz, sobre el papel socios de gobierno, priorizaron su pulso por el poder sobre la emergencia sanitaria y, después de apenas 200 días de coalición, se lanzaron un nuevo órdago que pone al país al borde de los cuartos comicios en menos de dos años. El punto de fricción son los presupuestos, y tienen hasta el 23 de diciembre de plazo para arreglarse, de lo contrario Israel volverá a las urnas en marzo de 2021.

El actual gobierno se formó en mayo después de tres elecciones en las que Netanyahu y Gantz siempre estuvieron empatados. En agosto estuvo a punto de romperse y tres meses después «Azul y Blanco», coalición liderada por Gantz, votó a favor de la moción de la oposición para la disolución de la cámara. Tras un debate de varias horas, 61 de los 120 miembros de la Knéset (Parlamento) votaron por la disolución. Se trata solo del primer paso ya que aún quedan tres lecturas más que deben ratificarse antes de que se disuelva la cámara, y que se realizarán la semana que viene.

Pulso por el poder

La decisión de «Azul y Blanco» de votar junto a la oposición va más allá de las diferencias sobre las cuentas del Estado. Gantz definió la estrategia de Netanyahu de dilatar la aprobación del presupuesto de «terrorismo económico», pero lo que está en juego es el pulso por el cargo rotatorio de primer ministro que, según el acuerdo de Gobierno, Netanyahu debería ceder a Gantz en noviembre.

«Si se aprobara el presupuesto de 2021, Netanyahu perdería su única escapatoria para evitar el acuerdo de rotación con Gantz (…) Netanyahu quiere elecciones porque es también su única oportunidad de formar una mayoría para aprobar una ley de inmunidad que le permitirá evadir su juicio por corrupción», reflexionó el periodista Anshel Pfeffer, autor de la biografía «Bibi: The Turbulent Life and Times of Benjamin Netanyahu», en su análisis de la nueva crisis de gobierno en el diario Haaretz.

Pese a que el juicio por tres delitos de corrupción ya está en marcha y a que cada semana miles de israelíes se manifiestan puntualmente frente a su residencia en Jerusalén, Netanyahu mantiene su popularidad, según las encuestas. El primer ministro trata de ganar en la arena internacional lo que pierde en casa, y se ha colocado las medallas de los acuerdos de normalización con países árabescomo Emiratos Árabes Unidos, Bahrein y Sudán, tratados en los que han sido decisivos los incentivos ofrecidos por la administración de Donald Trump.

Unas nuevas elecciones permitirían a Netanyahu permanecer como primer ministro interino y ganar tiempo tras el cambio de inquilino en la Casa Blanca, ya que Joe Biden y su equipo se verían obligados a esperar a conocer al nuevo gobierno antes de implementar cualquier cambio.

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Fuente: ABC