El Parlamento británico decidirá si se rompe el acuerdo de retirada de la Unión Europea

Al menos treinta parlamentarios conservadores han mostrado en los últimos días su oposición al proyecto de ley del mercado interno propuesto por el premier, que superó el pasado lunes su primer trámite parlamentario en la Cámara de los Comunes, con un triunfo de 340 votos contra 263. En un intento de apaciguar la rebelión y de evitar una crisis interna que suponga más trabas a la legislación, el primer ministro alcanzó este miércoles un acuerdo con algunos de los rebeldes, con quienes se comprometió a que el Parlamento tendrá la última palabra sobre si se rompe o no el Acuerdo de Retirada con la Unión Europea. El proyecto, que volverá a la Cámara de los Comunes la próxima semana, enfrentaría entonces menos resistencias, después de que Johnson prometiera presentar una enmienda que daría a los diputados la capacidad de votar antes de usar los poderes que otorgaría la legislación y que, según reconoció el propio Ejecutivo, violaría el derecho internacional.

En una declaración conjunta con el número 10, Damian Green, líder de un grupo centrista de parlamentarios conservadores, aseveró que «el proyecto de ley de mercado interno fue diseñado para dar a los parlamentarios un voto sobre el uso de estos poderes a través de un instrumento legal», y explicó que «después de las conversaciones, se acordó que el procedimiento parlamentario sugerido por algunos colegas proporciona un mandato democrático más claro y explícito para el uso de estos poderes, y también proporciona más seguridad jurídica». La declaración afirma que entre los «tories» hay «un acuerdo casi unánime de que el gobierno debe poder utilizar estos poderes como último recurso, que debe haber seguridad jurídica y que no se requieren más enmiendas sobre estos poderes».

El proyecto de ley, que afecta las condiciones pactadas para el Brexit y sobre todo a lo relativo al Protocolo de Irlanda del Norte, no gustó en Europa, en el seno del partido conservador e incluso fue duramente criticado por cinco ex primeros ministros. Tras conocerse el resultado de las conversaciones entre Johnson y los diputados rebeldes, el Partido Laborista anunció que seguirá oponiéndose al proyecto. «Esto no soluciona el problema de violar la ley, dañar nuestra reputación en todo el mundo y dañar nuestra prosperidad futura», afirmó el secretario de negocios en la sombra del laborismo, Ed Miliband, que sustituyó al líder Keir Starmer el lunes durante el debate, y añadió: «Necesitamos un acuerdo comercial con Europa, y eso es lo que nos prometieron. Romper nuestra propia palabra y el tratado que firmó el primer ministro lo pone en riesgo».

Johnson no las tiene todas consigo, ya que en la Cámara de los Lores también hay una fuerte oposición a su proyecto, que el primer ministro considera necesario para evitar que la UE se comporte de modo «no razonable». Así lo dijo hoy ante el Comité de Enlace, formado por los presidentes del resto de comités parlamentarios, donde argumentó además que cree que el bloque comunitario no está negociando con el Reino Unido «de buena fe».

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Fuente: ABC