El nuevo «paquete Covid» de ayudas pone a prueba el poder de Biden

El primer examen que comprobará si la Administración Biden y los demócratas y republicanos del Congreso pueden tener una relación productiva será la aprobación del próximo paquete de ayuda para paliar la crisis de la pandemia. Las perspectivas no son optimistas.

Joe Biden, todavía como presidente electo, presentó un nuevo plan de rescate –sería el tercero en EE.UU. desde la primavera pasada– para disparar la capacidad del país para realizar test y poner vacunas y compensar la crisis económica de la pandemia, tanto de los estadounidenses como de los gobiernos locales.

Siempre proclamó su intención de que fuera un esfuerzo bipartidista. Pocos asuntos como la pandemia–que acumula 412.000 muertos en el país, podría alcanzar los 600.000 en los próximos meses y ha destruido millones de puestos de trabajo– podrían unir a ambas formaciones políticas.

Muchos republicanos ya han defendido que la propuesta de Biden es inaceptable. El Congreso tardó meses en aprobar el segundo rescate, y solo se consiguió tras incluirlo dentro del presupuesto federal –si no se aprobaba el estímulo para el covid se provocaba un cierre parcial del Gobierno– y tras adelgazarlo hasta dejarlo en 900.000 millones de dólares. Se aprobó hace un mes, y ahora Biden propone uno nuevo de 1,9 billones e incluye reclamaciones del ala izquierdista como cheques cuantiosos y un sueldo mínimo de 15 dólares por hora. La portavoz de la Casa Blanca, Jennifer Psaki, defendió esta semana que la propuesta de Biden «está diseñada para que tenga apoyo de los dos partidos». Pero es evidente que la oposición de los republicanos será frontal en muchos aspectos.

Los republicanos han protestado porque no se ha contado con ellos para su formalización y han dejado claro que su posición está muy lejos de la de Biden.

Al presidente solo le quedarán dos opciones: marginar a los republicanos y utilizar la exigua mayoría demócrata en el Congreso para aprobar su paquete de ayuda o negociar a la baja y conseguir un acuerdo con los dos partidos. El sector izquierdista demócrata, dentro y fuera del Gobierno, le presiona para que prosiga sin los republicanos. Pero esa decisión marcará el tono de una relación con el Congreso en la que Biden se comprometió a impulsar la cooperación entre ambos partidos.

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Fuente: ABC