El ministro de Sanidad alemán da positivo al Covid-19

Desde el inicio de la pandemia, el ministro alemán de sanidad, Jens Spahn, se toma diariamente la temperatura. El termómetro tampoco dio ayer señal de alarma, pero unos síntomas de resfriado aconsejaron un test por la tarde, su positivo ha sido el primero entre los ministros del gobierno Merkel. Dado que su situación no es grave ni requiere hospitalización, el ministro Spahn continúa con su agenda desde casa. Hoy, desde las 9:30, participa por videoconferencia en el consejo de ministros del Gobierno alemán, mientras todo el personal del Ministerio es sometido a test rápidos y hacia atrás en el tiempo se repasa toda su cadena de contactos de la última semana. Varios periodistas de la cadena pública de televisión ZDF, que entrevistaron a Spahn hace dos días, han sido ya llamados a testarse.

El positivo del ministro sería solamente anecdótico sino no fuese porque en Alemania se han registrado 11.287 contagios en las últimas 24 horas, según los datos del Instituto Robert Koch (RKI), lo que supone un nuevo récord desde el inicio de la pandemia y pone en evidencia que la multiplicación del virus amenaza con escapar al control que hasta ahora había logrado relativamente mantener este país. La cifra de nuevos positivos contabilizados duplica prácticamente los 6.638 casos registrados el jueves de la semana pasada, la primera vez que se superaba el anterior pico de la pandemia de marzo pasado, lo que nos adentra en una expansión exponencial de las infecciones a pesar del aumento de test realizados. El porcentaje de test positivos ha aumentado desde inicios de septiembre desde el 0,75% al 3,63 %. El total de positivos desde que se dio a conocer el primer contagio en el país a finales de enero se sitúa en 392.049, con 9.905 víctimas mortales, 30 más en un solo día. Alrededor de 306.100 personas han superado la enfermedad, lo que sitúa los casos activos en unos 76.000 y en las unidades de cuidados intensivos hay actualmente 964 pacientes con coronavirus, de los cuales 430 requieren respiración asistida, según el registro de la Asociación Interdisciplinar Alemana de Cuidados Intensivos y Medicina de Urgencia (DIVI), mientras que las plazas de camas UCI con respirador rondan las 10.000.

La próxima semana, Merkel volverá a reunirse con los presidentes de los Bundesländer para intentar implementar nuevas medidas comunes para todo el territorio y quizá, a la luz de este aumento de contagios, sean acordadas más restricciones. Las circunscripciones alemanas que no solo superan la marca crítica de 50 contagios por 100.000 habitantes en siete días sino que rebasan incluso los cien, suman ya una treintena de distritos. Berchtesgaden, donde desde las 14.00 horas del martes rige un cierre de la vida pública similar al impuesto durante la primera ola de la pandemia, la incidencia asciende incluso a 292,6 nuevos positivos por cada 100.000 habitantes en una semana. En el barrio berlinés de Neukölln, por poner otro ejemplo, este valor se sitúa en 214,6, con la dificultad añadida que suponen los distritos urbanos. Confinar un pueblo como Berchtesgaden, de unos 7.000 habitantes, resulta menos complicado que un barrio capitalino en el que sus habitantes se mueven a diario por otros distritos de Berlín.

Cifras en aumento

El gobierno alemán tiene fijado como tope la incidencia de 50 casos por cada 100.000 habitantes en siete días, nivel considerado crítico por las autoridades y que dispara automáticamente nuevas restricciones. En el conjunto del territorio alemán, en promedio, ese nivel fue ayer de 51,3 casos por cada 100.000 habitantes, rebasando por primera vez la línea roja. El factor de reproducción (R) menos estable, basado en una comparativa de las infecciones en un intervalo de cuatro días respecto a los cuatro días anteriores y que refleja la evolución de contagios de hace aproximadamente una semana y media, se sitúa en 1,09, según el informe diario del RKI. El factor R que toma en consideración las infecciones en un intervalo de siete días respecto a los siete anteriores, y que por lo tanto es considerado más estable al permitir un mayor balance de las oscilaciones derivadas de brotes localizados, está hoy en 1,17.

En este contexto, el jefe de Virología de la Charité de Berlín, Christian Drosten, que asesora desde principios de año al Gobierno alemán, ha propuesto la creación de un valor guía especial para personas mayores de 50 años, una dato específico de incidencia del virus en personas de más de 50 años y no ligado al periodo de 7 días, lo que permitiría a las autoridades una reacción mucho más rápida. Drosten sostiene que, si la política se alinea con este indicador, llevaría a un cambio drástico de estrategia, haciéndola más efectiva en esta segunda ola. «Dado que se espera que este grupo de personas tenga una mayor tasa de cursos severos de acuerdo con hallazgos confiables, la incidencia de más de 50 daría un pronóstico de los casos más severos que se esperan en un futuro cercano en los hospitales, y, por lo tanto, de la ocupación de camas», explica abierto a fijar el límite de edad en 55, 60 o 70 años. Drosten sugiere que tomando como referencia ese nuevo indicador la política estaría cuidando mejor de los grupos de alto riesgo sin necesidad de someterlos a durísimos confinamientos, una idea que apoya, por ejemplo, el presidente de Baviera, Markus Söder, que rechaza la posibilidad de aislar a los grupos de riesgo. «No estoy preparado para simplemente encerrar a los padres y abuelos para que podamos continuar con nuestra vida normal», ha dicho.

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Fuente: ABC