El jefe del Pentágono pide sin éxito a Rusia un alto el fuego inmediato

Por primera vez desde que empezó la guerra de Ucrania, los máximos responsables militares de EE.UU. y de Rusia mantuvieron este viernes una conversación por teléfono. La llamada fue, según las autoridades rusas, a petición del secretario de Defensa de EE.UU., Lloyd Austin, que exigió a su homólogo ruso, el ministro de Defensa Sergei Shoigu un «alto el fuego inmediato».

Habían pasado casi tres meses desde la última vez que Austin y Shoigu tuvieron una conversación telefónica: fue el 18 de febrero, seis días antes de que Rusia iniciara la invasión de Ucrania decretada por el presidente del país, Vladimir Putin.

Según el comunicado emitido por el Pentágono, Austin también «enfatizó la importancia de mantener las líneas de comunicación» entre ambos.

«Se discutieron asuntos de seguridad internacional, incluida la situación en Ucrania», aseguró la agencia de noticias rusa TASS.

EE.UU. ha sido el principal apoyo de Ucrania en la guerra: ha autorizado el envío de 3.800 millones de dólares en armamento desde el inicio del conflicto, ha formado a militares ucranianos en el uso de las armas más sofisticadas y ha proporcionado abundante inteligencia al Gobierno de Kiev sobre los movimientos y situación de tropas y objetivos rusos.

La exigencia estadounidense del cese de hostilidades no produjo ningún resultado, como era de esperar. El propio Pentágono reconoció en un sesión informativo de un alto cargo con la prensa que la llamada «no solucionó ningún asunto grave y urgente» y no cambiará la actitud de Rusia sobre la guerra.

El alto cargo aseguró que el tono de la llamada fue «profesional» y que, después de que EE.UU. hubiera requerido con insistencia este tipo de comunicaciones desde el inicio de la guerra, mostró su confianza en que el primer contacto sea un «trampolín» para nuevas conversaciones en el futuro.

Canal de comunicación abierto

EE.UU. y Rusia tienen abierto un canal de comunicación desde el comienzo de la agresión rusa a Ucrania diseñado para evitar una escalada del conflicto que afecte a las dos grandes potencias militares. Por parte estadounidense, la línea está en el mando central de su ejército en Europa y la maneja el comandante estadounidense -y de las fuerzas de la OTAN– en el continente, el general Tod Wolters.

La llamada se ha producido en un momento en el que Rusia busca consolidar un mayor control en el Donbass, la región del este de Ucrania tomada en parte por separatistas prorrusos en 2014, y donde Moscú concentra ahora todos sus esfuerzos. También en un contexto de mayor tensión internacional alrededor del conflicto, después de que esta semana tanto Finlandia como Suecia, ambos países con frontera con Rusia, anunciaran sus planes para solicitar el ingreso en la OTAN.

Es un asunto de máxima sensibilidad para Putin, que utiliza la ambición ucraniana por formar parte de organizaciones occidentales como la OTAN y la Unión Europea como una de sus justificaciones para la invasión.

La mayoría de países de la OTAN ve con buenos ojos la propuesta de Finlandia y Suecia y el líder de la alianza militar, EE.UU., dio ayer un espaldarazo simbólico. Joe Biden llamó ayer por teléfono a la primera ministra de Suecia, Magdalena Andersson, y al presidente de Finlandia, Sauli Niinistö, para mostrar su «apoyo» a la política de ‘puertas abiertas’ de la OTAN y al «derecho de Finlandia y de Sueciaa decidir su propio futuro, su política exterior y sus acuerdos de seguridad».

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Fuente: ABC