El Ejército polaco sufre una gran fuga de información

Casi 1,8 millones de archivos de datos han sido robados en Polonia y subidos en abierto a un servidor de internet. Si se tratase de vídeos de gatos o vídeojuegos el delito tendría ya un impacto económico considerable para la víctima del robo, pero en esta ocasión la víctima es el Ministerio de Defensa y el robo de los los 1.757.390 archivos de datos contiene una detallada radiografía del Ejército polaco, desde los mecanismos y órdenes operativas de sus tanques Leopard 2 o aviones de combate F-16 hasta las reservas almacenadas y disponibles de tornillos y municiones. Todo está meticulosamente documentado y enumerado. Todo ello ha quedado accesible en forma de documentos en línea para cualquier interesado.

En los últimos meses, Polonia ha sido repetidamente víctima de ciberataques, pero hasta ahora no había sufrido una fuga de datos de estas dimensiones.

Varios políticos de la oposición están pidiendo ya la dimisión del ministro de Defensa, Mariusz Blaszczak. Pero trata de un incidente que no solo causa revuelo en Varsovia, sino que también puede tener efectos fuera del país, porque Polonia es uno de los países clave de la OTAN y asegura el flanco este de la Alianza, que puede quedar ahora comprometido.

En una entrevista con el diario polaco Onet, Piotr Pytel, exjefe de la contrainteligencia polaca, ha reconocido que se trata de «datos estratégicos» de interés para los servicios rusos. Onet informó sobre el incidente el viernes, pero los datos fueron descargados el 9 de enero, probablemente desde la sede de la Unidad de Planificación Logística de Apoyo al Ejército, en la ciudad de Bydgoszcz, en el norte del país, la autoridad responsable, entre otras cosas, de la adquisición de armas. El periódico digital cita varias fuentes del Ejército. Una de ellas, un descrita como un experto en seguridad cibernética, ha podido confirmar después que el paquete de datos ha sido descargado desde entonces varias veces desde diferentes países, incluidos Rusia y China.

Todavía no se puede determinar con certeza hasta qué punto se trata de espionaje o si hay un error humano detrás. Sin embargo, el Ministerio de Defensa ha confirmado que un empleado de la autoridad de Bydgoszcz subió probablemente los archivos a un servidor que no estaba diseñado para este propósito. Las autoridades de seguridad polacas han iniciado una investigación y no darán destalles al respecto hasta que avancen las pesquisas. Los expertos, sin embargo, están sorprendidos de que semejante cantidad de datos tan importantes carezca de autorización doble de manejo y que se almacene en un sólo depósito, en lugar de permanecer guardado en varios lugares.

No es una amenaza

Por ahora, el Gobierno polaco intenta restar importancia al asunto. «La publicación de los datos no representa una amenaza para la seguridad del Estado o para la funcionalidad de las fuerzas armadas polacas», ha zanjado el Ministerio de Defensa en un comunicado. Los datos son, según ese documento, un «catálogo de logística incompleto», que de todos modos estaba «generalmente disponible». La televisión estatal polaca sigue esa línea editorial y no da gran importancia a la fuga de datos.

Onet está siendo atacado en redes sociales de falsear sus informaciones por órdenes de la empresa de medios alemana Axel Springer Media, empresa conjunta que reúne a Swiss Ringier AG y Axel Springer SE, a la que pertenece. Onet es vilipendiado como un «medio alemán» en las mismas redes que acusan a Alemania de interferir en los asuntos internos con el objetivo de dañar al gobierno polaco. El vicepresidente del gobierno y líder del partido Ley y Justicia (PiS), Jaroslaw Kaczynski, ha acusado a Alemania de pretender «imponer un IV Reich en la Unión Europea, con la forma de un estado centralista en el que Berlín toma todas las decisiones». Ante la protesta diplomática alemana, aclaró que no se refería al III Reich nazi, sino al Sacro Imperio Romano Germánico. El periodista Marcin Wyrwal, que ha destapado el caso, señala que «cualquiera que mire los datos sabe de qué se trata y entiende que es un escándalo que podría afectar potencialmente a la seguridad de Polonia y que puede poner en peligro el estrategia de la OTAN».

Si resulta que Rusia está detrás de la filtración de los datos, no sería la primera vez en la zona. En Estonia, piratas informáticos rusos paralizaron los sitios web de bancos y agencias gubernamentales en 2007 después de que la capital, Tallin, anunciara que trasladaría un monumento en honor a los soldados soviéticos de la Segunda Guerra Mundial del centro de la ciudad a un cementerio. Hace cuatro años, piratas informáticos rusos penetraron en las cuentas de correo electrónico de miembros del Bundestag alemán. En diciembre de 2015, el suministro eléctrico de Ucrania en el oeste del país fue atacado por vía informática, dejando a más de 200.000 personas a oscuras durante horas. Y durante el año pasado, miles de correos electrónicos de miembros del gobierno polaco fueron robados y publicados a través de los canales de Telegram. También se sospecha que los piratas informáticos bielorrusos están detrás del último ciberataque a Ucrania. Según un informe de Microsoft, Rusia es responsable de la mayoría de todos los ataques cibernéticos lanzados por actores estatales, seguida de Corea del Norte, Irán y China.

El último ataque cibernético a Ucrania, como la actual filtración polaca, llega en un momento de relaciones cada vez más tensas entre Rusia y Occidente. El hecho de que Moscú haya concentrado cien mil soldados en la frontera con Ucrania es motivo de gran preocupación para los ucranianos, pero también para la UE y Washington. Muy especialmente los políticos y expertos polacos consideran que un ataque ruso es posible en cualquier momento.

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Fuente: ABC