El Congreso de EE.UU. evita a última hora el cierre gubernamental

El Congreso de EE.UU. aprobó este jueves por la noche una extensión de la financiación del Gobierno del país, cuando faltaban apenas 24 horas para cumplirse el plazo que hubiera provocado un cierre gubernamental. Los líderes republicanos y demócratas llegaron a un acuerdo que después se vio refrendado en dos votaciones en la Cámara de Representantes y en el Senado.

La extensión presupuestaria, que recibirá la firma del presidente de EE.UU., Joe Biden, es solo una una patada a seguir en medio de los amplios desacuerdos presupuestarios entre los dos partidos, y solo asegura la financiación del Gobierno hasta el próximo 18 de febrero. Entonces, los legisladores tendrán que aprobar otra extensión o acordar de forma más comprensiva el presupuesto del Gobierno, una batalla interminable.

La extensión acordada ahora sucede a otra aprobada el pasado septiembre.

Ambos partidos coincidían de forma general en la irresponsabilidad de someter al país a un cierre gubernamental -en el que buena parte de las agencias federales dejan de operar de manera temporal hasta que se acuerda su financiación- en el peor momento posible: ante una posible nueva ola de la pandemia de Covid-19 impulsada por la variante Ómicron y con la recuperación económica amenazada por la creciente inflación y los problemas en la cadena de suministros.

Las posiciones, sin embargo, han estado muy distanciadas por la oposición de los republicanos a los mandatos de vacuna contra el Covid-19 obligatoria que impulsar el presidente de EE.UU., Joe Biden, y que afecta a a todos los empleados de empresas con plantillas de más de cien trabajadores, además del ejército, servicios sanitarios con financiación federal y funcionarios. En total, dos terceras partes de la fuerza laboral estadounidense.

En la Cámara de Representantes, donde los demócratas tienen mayoría suficiente para impulsar la extensión, la bancada republicana votó en contra casi en bloque, con solo una excepción. En el Senado, varios legisladores habían propuesto oponerse a ella por la inclusión de financiación al mandato de vacuna, lo que hubiera entorpecido la aprobación por parte de la mayoría demócrata y forzado a un cierre gubernamental de algunos días.

Por fin, se llegó a un acuerdo de votar de forma separada una enmienda que hubiera eliminado la financiación de los servicios relacionados con los mandatos, que no contó con el apoyo de ninguno de los 50 senadores demócratas -para un total de 100-, por lo que fue derrotada. El demócrata moderado Joe Manchin, que había mostrado sus dudas sobre la obligatoriedad de la vacuna en empresas privadas, acabó por votar en contra de la enmienda.

Después, un buen número de los senadores respublicanos votó a favor de extender el presupuesto y evitar el cierre gubernamental, aprobado con 69 votos a favor y 28 en contra.

La extensión ‘in extremis’ de la financiación del Gobierno es cada vez más habitual en un Congreso polarizado y disfuncional. Ha ocurrido media docena de veces en las últimas tres décadas, con la consecuencia de cientos de miles de funcionarios sin sueldo durante días, amplios costes para el estado y cierre de servicios para los estadounidenses. El más largo de la historia fue en la presidencia de Donald Trump, en los últimos días de 2018 y los primeros de 2019, cuando el Gobierno de EE.UU. tuvo un cierre parcial durante 35 días.

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Fuente: ABC