El abuelo que secuestró al niño Eitan estaba siendo vigilado tras varios conflictos con la familia paterna

Se prepara para viajar a Israel la tía adoptiva del niño Eitan Biran, de 6 años, único superviviente de la tragedia del teleférico de Mottarone, secuestrado el pasado sábado por su abuelo materno, Shmuel Peleg, 58 años, que lo llevó en un avión privado a Tel Aviv. Ahora la justicia italiana indaga por «secuestro agravado» a Peleg, que está condenado por malos tratos a su exmujer, la abuela del pequeño Eitan. La tía paterna, Aya Biran, nombrada tutora por un juez italiano, ha presentado al Tribunal para asuntos de la familia de Tel Aviv la solicitud para que se devuelva al niño a Italia sobre la base de la Convención de La Haya de 1993, firmada por Italia e Israel. Con esa esperanza se dispone a viajar a Tel Aviv.

El pequeño Eitan vuelve a vivir una tragedia en la tragedia, por la guerra que se han declarado la familia paterna y materna, y se corre el riesgo de que transcurran meses hasta que se llegue a una solución, según explican los expertos. El mundo de Eitan se derrumbó el pasado 23 de mayo, cuando por un error humano la cabina del teleférico cayó al vacío. Murieron 14 personas. Solo se salvó Eitan, que perdió a sus padres, un hermano de 2 años y dos bisabuelos. Estuvo 18 días en un hospital de Turín, acompañado en todo momento por su tía paterna Aya Biran, médico de 41 años, que vive en Travacò Siccomario, al lado de Pavía (Lombardía). Cuando Eitan tenía un mes y 18 meses, la familia se trasladó a Pavía, donde el padre estudió medicina.

El pequeño Eitan, que tiene doble nacionalidad, cuenta con dos pasaportes, el italiano e israelí. El juez concedió a la tía paterna, Aya Biran, la adopción de Eitan, tras varias audiencias, algunas muy borrascosas. El niño se encuentra integrado en la realidad italiana, asistiendo a una escuela católica dirigida por monjas, elegida por sus padres. A la misma escuela asisten dos primas del pequeño Eitan, las hijas de Aya Biran. Pero la adopción la solicitaba también la familia materna de Israel, lo que llevó a un creciente enfrentamiento entre las dos ramas familiares. La familia materna residente en Israel, a la que el juez autorizó visitas dos días a la semana para ver al niño, nunca aceptó que la adopción se concediera a la rama paterna. La tensión y la rabia que se vivió en el aula del Tribunal para la adopción reflejó un profundo conflicto cultural por su diversa forma de entender la tradición judía. Por ejemplo, la abuela Esther Cohen, que también está siendo indagada por secuestro, acusó a gritos a Aya Biran de avergonzarse de ser judía. «Queremos llevarlo a Israel para que crezca como hebreo». Una posición reafirmada este lunes por su hija Gali Peleg en Tel Aviv: «Queremos que viva en Israel y frecuente una escuela judía, en lugar de una escuela católica».

Investigados desde agosto

Este duro y permanente enfrentamiento motivó que el juez del Tribunal tutelar de menores pusiera en guardia a la Fiscalía de Pavía. Se abrió así una investigación en agosto, según medios informativos italianos, y la policía comenzó a vigilar los encuentros periódicos entre el abuelo Shmuel Peleg y el nieto. Además, el juez pidió a la familia que devolviera antes del 30 de agosto el pasaporte israelí de Eitan, orden que no fue cumplida. Se trataba de una vigilancia muy discreta, por lo que el abuelo Shmuel Peleg pudo llevar a cabo el secuestro, tras engañar a la familia adoptiva diciendo que iba a un centro comercial de Pavía a comprar juguetes. Peleg montó al niño en un coche y se trasladó a Lugano (Suiza) donde lo esperaba un avión privado para trasladarlos a Tel Aviv. Se trató, según diversos medios, de un «plan organizado» que pudo contar con diversos cómplices de los servicios secretos e incluso de autoridades políticas.

El abuelo Shmuel Peleg fue interrogado en la tarde de ayer por la policía israelí sobre las acusaciones de «secuestro por llevar a su nieto a Israel». Se le retuvo el pasaporte y debe permanecer en arresto domiciliario hasta el viernes. Ahora la familia Peleg intenta estar alejada de los focos mediáticos. Se lo han aconsejado los dos expertos en relaciones públicas contratados por la familia: Ronen Tzur, estratega político, que entre otras conocidas gestiones realizó la campaña electoral del actual ministro de Defensa Benny Gantz; y al abogado Boaz Ben Tzur, entre cuyos clientes está el exprimer ministro Benjamin Netanyahu.

Aunque se mueve también la diplomacia italiana e israelí para que se resuelva el caso lo antes posible, con el fin de evitar mayor dolor al pequeño Eitan, los tiempos pueden alargarse, incluso durante meses, según señalan los expertos. La Convención de La Haya para la protección de menores y las adopciones establece que el retorno al país de residencia se haga dentro de seis semanas. «El riesgo es que se alarguen las investigaciones», afirma la magistrada Carla Garlati, con el cargo de Autoridad garante para la infancia y adolescencia. En declaraciones a La Stampa añade: «Cuando se hacen investigaciones los tiempos se pueden alargar de tal forma que nos podemos encontrar en situaciones en las que se intenta decir que el menor ha echado raíces en su nueva vida, que está bien, tiene sus amigos, va a la escuela y que, por tanto, sería traumático llevarlo a su vida anterior».

Ver los comentarios
Fuente: ABC