Detenidos siete polizones que pusieron en riesgo la seguridad de un petrolero frente a la Isla de Wight

Las fuerzas militares británicas tuvieron que asaltar el domingo por la noche un barco petrolero cuya seguridad fue puesta en riesgo durante unas diez horas frente a la costa de la isla de Wight, una operación que se saldó con la detención de siete personas. Los hombres, presuntamente de nacionalidad nigeriana, se colaron como polizones en la Nave Andrómeda, por lo que fue necesaria la intervención de 16 miembros del Special Boat Service (SBS), la unidad antiterrorista marítima de élite de la Royal Navy, que fueron apoyados por un equipo de francotiradores preparados para disparar desde los cuatro helicópteros que sobrevolaban el barco. Según las autoridades, citadas por el diario «The Times», en solo nueve minutos los militares controlaron la situación. Un portavoz de la policía de Hampshire informó que los hombres fueron arrestados por «apoderarse o ejercer el control de un barco mediante el uso de amenazas o la fuerza», a la vez que detalló que «los 22 miembros de la tripulación están sanos y salvos y el barco está ahora en el puerto de Southampton». El barco, que zarpó de Lagos, Nigeria, con dirección al puerto de Southampton, lanzó un aviso sobre las diez de la mañana del domingo alertando de un grave incidente de seguridad. «En respuesta a una solicitud de la policía, el ministro de Defensa y la ministra del Interior autorizaron al personal de las Fuerzas Armadas a abordar un barco en el Canal de la Mancha para salvaguardar la vida (de los tripulantes) y asegurar un barco que estaba sujeto a un presunto secuestro», aseguraron fuentes del ministerio de Defensa, que añadieron: «Las fuerzas armadas han tomado el control del barco y siete personas han sido detenidas». El ministro de Defensa, Ben Wallace, calificó el incidente como un «presunto secuestro» y se congratuló por el éxito de la operación: «Felicito el arduo trabajo de las fuerzas armadas y la policía para proteger vidas y asegurar el barco», dijo, mientras que la ministra del Interior, Priti Patel, aseveró: «Esta noche estamos agradecidos por la acción rápida y decisiva de nuestra policía y fuerzas armadas que pudieron controlar esta situación, garantizando la seguridad de todos los que estaban a bordo». «Creo que esto tiene todas las características de una situación en la que varios polizones buscan asilo político, presumiblemente en el Reino Unido», explicó por su parte Bob Sanguinetti, director ejecutivo de la Cámara Naviera del Reino Unido, quien detalló que «en algún momento se pusieron agresivos». En declaraciones a la BBC, aclaró que «nada en esta etapa sugiere que esto fuera un secuestro y, de hecho, un secuestro de esta naturaleza es extremadamente poco común». Para Sanguinetti, con esta acción el gobierno de Boris Johnson «ha enviado un mensaje muy, muy claro de que los barcos no deben verse atrapados en crisis de solicitantes de asilo o migrantes económicos». Navios Tanker Management, la compañía operadora del buque registrado en Liberia, explicó en un comunicado que el capitán se preocupó por la seguridad de la tripulación «debido al comportamiento cada vez más hostil de los polizones». Una fuente de Defensa le confirmó a la BBC que cuando los militares tomaron el barco, el capitán estaba en el puente, mientras que el resto de la tripulación estaba encerrada en una zona segura conocida como «la ciudadela» y que en otras ocasiones ha permitido el rescate de rehenes en barcos atacados por piratas o terroristas en aguas especialmente peligrosas, como las de Somalia.
Fuente: ABC