Crece en toda Italia la tensión y la protesta contra las restriccciones del Gobierno

Crece la rabia y la tensión social en Italia, con enfrentamientos entre manifestantes y fuerzas del orden. Las protestas por las medidas del gobierno para contener la epidemia se extienden en muchas ciudades, desde el norte al sur del país. Comerciantes, taxistas, y trabajadores de los sectores más golpeados, como bares y restaurantes, se echan a la calle para protestar por las medidas adoptadas por el gobierno para contener la difusión del coronavirus, con un grito común: “O nos ayudan o morimos de hambre”. Este lunes entró en vigor el decreto firmado por el primer ministro, Giuseppe Conte, con suspensión de las actividades no indispensables y cierre de restaurantes y bares a las 18 h. A esa hora, parecía que a Italia había vuelto el confinamiento. El escenario en algunas zonas de la “movida” de Roma recuerda a lo que se vivió en los primeros meses de la pandemia. Pero ahora hay una diferencia fundamental: Entonces había preocupación e incertidumbre, pero la gente se sacrificaba y tenía cierta esperanza en las ayudas prometidas. Hoy la situación es más dramática: Hay cansancio, rabia, frustración y desesperación.

Roma desierta

A las 18 h, en la céntrica plaza Campo de Fiori, lugar de la movida y vida nocturna, uno de los más concurridos de Roma, el escenario es fantasmal: Bares y restaurantes se cierran y casi ni hay luces en la plaza. La trattoria Virgilio, frente a la estatua del monje dominico Giordano Bruno, quemado en la hoguera por orden de la Inquisición hace 420 años, ha colocado ante las mesas de la terraza un cartel firmado por la Confesercenti, la asociación que representa las empresas del comercio, turismo, servicios, artesanos y de la pequeña industria: "“Hoy a las 18:00 hemos sido obligados a cerrar. Tener un futuro es nuestro derecho". Valeria, empleada e hija del restaurador, acaba de cerrar y comenta a ABC la angustia que se vive en el restaurante: “Muchas promesas del gobierno, pero se las llevó el viento. Yo estoy en la “Caja integración” –un sistema similar a los ERTE en España-, pero solo percibí el 30 por 100 en marzo y otro tanto en abril; desde entonces, nada; se nos impuso el cierre a medianoche y ya vimos muy rebajados los ingresos; teníamos cifras de ingresos con cuatro cifras y pasamos a ingresar no más de 200 euros; antes pagábamos por el alquiler 20.000 euros, nos rebajaron por el Covid a 6.000 euros”.

La protesta se extiende

En medio de la conversación, llega el padre, Roberto, que acaba de asistir a una manifestación de Confesercenti en la plaza Trilussa, lugar neurálgico del barrio romano de Trastevere. Nos muestra un video con las imágenes de la protesta: Cientos de personas exteriorizan su rabia abriendo botellas de cerveza con la que riegan la calle, mientras gritan “pedimos dignidad”. “Mi negocio del restaurante –nos dice Roberto- no es sostenible, teniendo que cerrar a las 18:00. Debo plantearme si puedo y vale la pena mantenerlo abierto. Acabo de cerrar un restaurante aquí al lado. Nos seguiremos manifestando para protestar. Mañana lo haremos en otra plaza. Para el dos de noviembre habrá una gran concentración de protesta en Roma”. Otro lugar muy concurrido de Roma es la céntrica plaza Navona y sus alrededores, llenos de bares y restaurantes. Todo se ha cerrado a las 18:00. Solo un par de personas contempla la belleza de la barroca fuente de los Cuatro Ríos en el centro de la plaza.

La protesta se extiende

A esa hora, en otras ciudades comienzan manifestaciones de protesta contra las medidas del gobierno. Por ejemplo, en Milán se desarrollaba una doble manifestación y se lanzan cócteles molotov. Incidentes se registran también en diversas ciudades, como Trieste y Nápoles. En Turín, cientos de taxistas invadieron el centro de la ciudad por la mañana. Por la noche se organizaron otras dos, pero la policía prohibió que las manifestantes desfilaran por las calles. En la plaza Castello, la principal de Turín, en el corazón de su centro histórico, unos 400 manifestantes se congregaron frente al palacio sede del gobierno regional, con un grito común: “Libertad, libertad, queremos ser libres para trabajar”. Algunos manifestantes lanzaron petardos, cartas bomba y botellas, registrándose enfrentamientos con las fuerzas del orden.

Llamamiento a un pacto Estado-ciudadanos

El gobierno, presidentes regionales y los alcaldes observan con gran preocupación esta tensión y creciente ola de protesta en la calle contra las medidas para controlar la pandemia, sobre todo después de los enfrentamientos registrados el fin de semana en Nápoles y Roma. Algunos presidentes regionales apoyan las protestas, a los que se unen muchos alcaldes. El de Nápoles, Luigi De Magistris, exmagistrado de izquierdas, ha anunciado su presencia junto a los manifestantes. El alcalde de Bari y presidente de la Asociación Nacional de Municipios Italianos (ANCI), Antonio Decaro, ha hecho un llamamiento para que se produzca un pacto entre el Estado y los ciudadanos: “En las próximas semanas corremos el riesgo de ver un crecimiento de la fractura social de la que ya se vislumbran los primeros indicios. Los alcaldes -añade Decaro- lo tienen en cuenta y harán todo lo posible para mantener unidas a las comunidades y extinguir posibles reacciones violentas ante una situación tan difícil”, dijo Antonio Decaro. La lista de regidores que se unen al llamamiento del alcalde se hace más larga cada hora, señal de que hay gran coincidencia en su grito por un pacto entre Estado y ciudadanos, para que el gobierno ofrezca certezas a cambio de los sacrificios exigidos. “Unidos o fracasará todo", es el lema del alcalde de Bari. La preocupación la ha expresado también el presidente de la República, Sergio Mattarella: “Basta ya de irresponsables. El verdadero enemigo es el virus”.

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Fuente: ABC