En el origen del inusitado afán del presidente Vladímir Putin por defender la «buena memoria» del Ejército Rojo en su actuación en la II Guerra Mundial están los constantes ataques de países como Polonia y las repúblicas bálticas poniendo en cuestión el papel ‘liberador’ de la Unión Soviética, y asegurando que tan malo fue el nazismo –que las tropas soviéticas desmontaban en los estados que ocupaba– como el estalinismo, que instalaban en su lugar.
Eso es lo que viene también a decir el escritor soviético, Vasili Grossman, en su obra 'Vida y Destino' a través de las peripecias de la familia Sháposhnikov, en el Stalingrado asediado por las tropas alemanas, y después narrando las penalidades de los prisioneros
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Fuente: ABC