Boris Vishnevsky, el opositor ruso boicoteado por clones

Es una máxima que suele funcionar con la precisión de un reloj suizo: divide y vencerás, trocea una espada hasta que acabe convertida en un montón de quincalla. En la Rusia de Putin, ese principio ha encontrado una expresión casi cómica -por lo que retrata, hablamos de una gracia un tanto amarga- en la campaña para las elecciones al parlamento regional de San Petersburgo, que se celebrarán el próximo 19 de septiembre. Uno de sus candidatos, Boris Vishnevsky, ha denunciado la triquiñuela con la que pretenden boicotear su candidatura. Una práctica que en realidad no es infrecuente. Sus presuntos rivales -se cree que son Víktor Bikov y Alexei Shmelev– se han cambiado de nombre y modificado su aspecto

para parecerse lo más posible a él. Como imagina el lector, no lo han hecho con fines nobles ni cautivos del amor por la democracia. «Esto es un fraude -ha denunciado Vishnevsky, en declaraciones a AFP-. Esta gente participa en las elecciones no para ser elegidos, sino para confundir a los electores».

Lo cierto es que esta historia comenzó hace meses. El diario ‘The Moscow Times’ informaba el pasado julio de que a Vichnevsky, de 65 años, un político que milita en la formación Yábloko -partido ruso de ideología liberal que enarbola la causa de los derechos humanos, el ecologismo y la integración en la Unión Europea-, le habían salido unos competidores un tanto inesperados. Al menos dos personas con su mismo nombre habían registrado su candidatura para los comicios al parlamento de la hermosa ciudad que fundó Pedro el Grande en el siglo XVIII. El siguiente golpe de efecto se produjo esta semana. Con el cartel electoral, el candidato pudo conocer el aspecto de sus contrincantes. Su sorpresa debió de ser mayúscula al descubrir que más bien se trataba de la ficha de inscripción a un concurso de imitadores. Sus rivales eran prácticamente iguales que él: con la calva decidida, una barba donde las canas campaban a sus anchas y los ojos castaños. Tres clones. Solo la corbata, la postura y la fecha de nacimiento, que figura debajo de las fotografías, aclaraban que se trataba de personas diferentes.

Sin respeto por los votantes

«Conocía un poco a uno de los homónimos. Es Víktor Bikov, miembro de Rusia Unida. Antes de convertirse en ‘Boris Vichnevsky’ no tenía barba, y se puede hallar su foto en el sitio del partido», denunciaba el candidato de Yáklobo, indignado por el atropello presuntamente cometido por un miembro del partido de Putin. Su rival habría cambiado de aspecto de manera notable. Como remarcaba el diario ‘The Guardian’, la fotografía de Bikov que figura en la web del gobierno de San Petersburgo muestra a un hombre muy distinto al del cartel electoral: un tipo con pelo abundante, rubio, y con los ojos azules, en apariencia más joven que el político liberal al que habría usurpado nombre y rostro para escamotearle unas cuantas papeletas. «Es burlarse de los electores», lamentaba Ella Pamfilova, directora de la Comisión electoral rusa. Habrá que esperar para conocer el desenlace. No hay que hacerlo para recordar que Human Rights Watch denunció en 2019 las dificultades de los opositores en el antiguo país de los sóviets.

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Fuente: ABC