Boris Johnson reintroduce el teletrabajo en Inglaterra ante el avance de Ómicron

La aparición de la nueva variante del Covid, Ómicron, ha obligado al Gobierno británico a poner en marcha en Inglaterra, a partir de este viernes, el plan B que tenía en el cajón para combatir la propagación del virus y que incluye el uso de mascarillas en interiores; la obligatoriedad de trabajar desde casa para quienes puedan permitírselo y la exigencia de un certificado de vacunación para entrar a ciertos eventos y lugares de ocio.

El primer ministro británico, Boris Johnson, comenzó la rueda de prensa en la que anunció las nuevas restricciones diciendo que «el Gobierno actuó tan pronto» como se descubrió la variante y aunque reconoció que aún no se conocen «todos los detalles» sobre la misma, sí confirmó que su expansión está siendo «más rápida» que la de la variante Delta, y que el «número verdadero» de casos es presumiblemente «más alto» que los 568 que hay confirmados.

«Lo responsable es pasar al plan B», dijo Johnson, quien detalló que será necesario presentar el certificado oficial del NHS (el sistema nacional de salud) «para ingresar a clubes nocturnos y lugares donde se reúnan grandes multitudes, incluidos lugares interiores sin asientos con más de 500 personas», así como sitios «al aire libre con asientos para más de 4.000 personas, y cualquier lugar con más de 10.000 personas».

Aun así, matizó que la vacunación no es obligatoria porque «no es la forma en la que hacemos las cosas en este país» y porque «el pueblo británico se ha mostrado dispuesto a vacunarse de forma voluntaria».

La decisión del Ejecutivo levantó las críticas de varios sectores, incluyendo asociaciones de ocio nocturno. Michael Kill, director ejecutivo de Night Time Industries Association, declaró que el anuncio es «una noticia devastadora para el sector» que además llega en un período crítico. «Lejos de salvar la Navidad, el primer ministro le ha dado a nuestro sector el horrible regalo de más dolor para las empresas que intentan desesperadamente recuperar las pérdidas de antes de la pandemia», denunció.

Dimisión por el escándalo de la supuesta fiesta

Johnson también se vio obligado en la rueda de prensa a hacer referencia a un escándalo que estalló horas antes y que acabó con la renuncia de la jefa de prensa y portavoz del Gobierno, Allegra Stratton. Todo se remonta al 16 de diciembre del año pasado, pocos días después de que acabara el segundo confinamiento en Reino Unido, cuando el país entró de nuevo en un sistema de restricciones por niveles que, en el caso de Londres, en aquel momento era el nivel tres. Es decir, las familias de diferentes viviendas no podían mezclarse en interiores ni en exteriores. No obstante, el día 18 en Downing Street, la residencia y oficina del primer ministro, se celebró una fiesta a la que habrían asistido «decenas de personas» y la filtración de una falsa rueda de prensa de Stratton en la que reconoce e incluso bromea sobre dicha celebración ha provocado una oleada de indignación.

En una comparecencia en la Cámara de los Comunes por la mañana, Johnson aseguró que «entiende» y «comparte la ira» que hay «en todo el país» por el vídeo de la broma de su portavoz y pidió «disculpas sin reservas por la ofensa que ha causado en todo el país» y «por la impresión que da». Sin embargo, negó que dicha fiesta se hubiera celebrado, aseguró que las reglas para combatir el Covid «no se rompieron» y anunció la apertura de una investigación interna.

Una mujer cuya madre murió sola en el hospital precisamente el 18 de diciembre manifestó a la prensa sentirse «absolutamente consternada» porque el Gobierno «pudiera reírse y bromear sobre una fiesta mientras la gente estaba perdiendo a sus seres queridos».

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Fuente: ABC