Blinken y Lavrov se reúnen para intentar evitar un nuevo conflicto por Ucrania

Tras participar en la reunión de la OTAN en Riga, el jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken, tiene previsto reunirse este jueves en Estocolmo con el ministro ruso de Exteriores, Serguéi Lavrov, al margen de una reunión de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE), en momentos de extraordinaria tensión por la sospecha de que Rusia prepara una nueva ofensiva contra Ucrania.

Paralelamente, en un discurso ante el Parlamento en Kiev, el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, dijo que es necesario establecer «negociaciones directas» con Rusia, puesto que a su juicio es la única manera de «parar la guerra». Sin embargo, desde Moscú respondieron que con quien tiene que negociar Zelenski es con los separatistas prorrusos de las regiones orientales del país.

«La guerra en el Donbás es una cuestión interna de Ucrania, sabemos que se intenta presentar a Rusia como parte de este conflicto, pero eso no es así», respondió el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, para quien «la única manera de detener la guerra en el Donbás es a través de negociaciones entre ucranianos. Esa es una guerra civil que fue provocada por los bien conocidos acontecimientos de 2014», en los que participaron fuerzas rusas sin distintivos oficiales.

Estas tensiones entre Moscú y Kiev han centrado gran parte de una reunión de dos días de los ministros de Exteriores de la OTAN en la que también intervino el ucraniano Dmitro Kuleba para pedir a la Alianza un «paquete de disuasión» militar contra Rusia, ante las sospechas de Kiev de que prepara una posible invasión de Ucrania, por los extraordinarios movimientos de tropas en la frontera.

Durante la reunión de la OTAN, Blinken acusó a Moscú de concentrar «decenas de miles de fuerzas de combate adicionales» y aseguró que, aunque «por ahora no sabemos si Putin ha tomado una decisión sobre la invasión, sí sabemos que está poniendo en marcha la capacidad de hacerlo rápidamente, si así lo decide». Por ello, «hemos dicho claramente al Kremlin que responderemos, sobre todo con una serie de medidas económicas de fuerte impacto que en el pasado decidimos no usar», pero que no mencionó.

Planes de invasión

Hasta ahora Moscú ha negado que los movimientos de tropas tengan que ver con planes de invasión a Ucrania, pero se interpretan como un mensaje evidente sobre su preocupación ante las peticiones de Ucrania de ser admitida como miembro de la OTAN. Esta semana Putin ha dicho que hace falta «restaurar los vínulos» con Ucrania y que esperaba alcanzar «acuerdos concretos» con los países occidenales, excluyendo la ampliación de la OTAN hacia el Este y el despliegue de su armamento cerca de las fronteras rusas. Eso es probablemente de lo que hablarán hoy Blinken y Lavrov.

Para Ucrania, ser miembro de la OTAN es su principal aspiración en política exterior y el ministro Kuleba dijo en Riga que eso «sucederá, aunque tardará tiempo». Para Rusia esa perspectiva es absolutamente intolerable y es muy probable que antes de permitirlo se lanzaría a la conquista de una parte del territorio ucraniano.

Desde Washington, Victoria Nuland, subsecretaria de Estado, pidió un «alto el fuego completo» durante la Navidad en la región separatista ucraniana del Donbás. «La llegada de la Navidad –dijo en una videoconferencia difundida en Kiev– es un momento para reanudar el alto el fuego, realizar intercambios de prisioneros y reabrir los puntos fronterizos para que las familias puedan reunirse». El problema es que tanto en Rusia como en Ucrania, la Navidad es en enero.

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Fuente: ABC