Biden comienza su semana crucial sin recursos ni gabinete

Joe Biden tiene grandes planes para lidiar con la pandemia y reencauzar la economía estadounidense en los próximos meses, tal y como dijo en un discurso de alto perfil el jueves por la noche. Su problema es que no tiene gobierno para hacerlo -no ha podido confirmar a un solo ministro- y en el Senado dispondrá de una mayoría por la mínima -un voto- gracias a la cual ni él ni su partido se pueden permitir un solo paso en falso.

Por primera vez en la historia reciente, un presidente se dispone a jurar el cargo sin que el Senado haya confirmado a uno solo de los integrantes de su gabinete, algo insólito y que obedece principalmente a la negativa de Donald Trump de aceptar su derrota, pero en parte también al hecho de que los líderes demócratas en el Capitolio han decidido iniciar un impeachment o juicio político que ahora recae en el Senado.

El nuevo presidente entra a la Casa Blanca con un plan ambicioso para atajar la crisis del coronavirus cuyo coste estimado es de dos billones de dólares (1,7 billones de euros). Biden quiere mandar cheques de 1.400 dólares por familia, un suplemento al desempleo de 400 dólares, ayudas a las escuelas para reabrir con nuevas medidas sanitarias, y duplicar el salario mínimo de los 7,25 dólares la hora actuales. El grueso de la inversión, 160.000 millones, serían para vacunación.

Cuestión de tiempos

El problema de Biden es la rapidez con la que podrá aprobar ese gran paquete de estímulo. Los demócratas ganaron la segunda vuelta de las elecciones al Senado en Georgia, pero no jurarán el cargo hasta finales de este mes. Hasta entonces, los republicanos siguen siendo mayoría, y están divididos con respecto al tipo de ayudas a aprobar para ayudar a las familias en la pandemia. Tampoco están los conservadores por la labor de apresurarse a ayudar a Biden tras haber perdido todo el poder.

Una vez tomen posesión los nuevos senadores, los demócratas tendrán una mayoría mínima en el Senado. Gozarán de 51 votos frente a los 50 republicanos. El nuevo líder de la mayoría demócrata será el neoyorquino Chuck Schumer, viejo conocido del presidente Biden y de la vicepresidenta, Kamala Harris, ya que ambos han sido senadores. La prioridad de Schumer es proseguir con el juicio político a Trump.

Los republicanos no tienen una estrategia clara. Deben decidir entre permitir que prospere la censura a Trump o poner en marcha la Administración Biden con la votación de cargos y los paquetes de ayuda. De momento, el líder republicano en esa Cámara Alta, Mitch McConnell, ha dicho que permitirá que avance el «impeachment» hasta que su partido pierda la mayoría en unos días, y que después cada uno debe votar «de acuerdo con su conciencia».

McConnell, como otros líderes republicanos en el Capitolio, está furioso con Trump no sólo por haber incitado a la insurrección, sino también porque le hace responsable de haber perdido no sólo la Presidencia, sino también el Senado. De ahí que ahora no se oponga activamente, como hizo en 2020, al juicio político. Lo que ese proceso garantiza, sin embargo, es que Trump seguirá siendo el centro de atención aun cuando haya abandonado la Casa Blanca la mañana del miércoles que viene. Trump tiene intención de irse desde la Casa Blanca en un helicóptero solo unos momentos antes de que llegue Biden.

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Fuente: ABC