Biden abre la guerra económica y sanitaria contra la pandemia a golpe de decreto

Joe Biden ha iniciado su presidencia en medio de una crisis sanitaria y económica provocada por la pandemia de Covid-19 que intenta contener con un frenesí de órdenes ejecutivas. La economía y el empleo fueron uno de los principales logros de su sucesor, Donald Trump, hasta la irrupción de la pandemia. Hace un año, cuando el virus ya estaba en territorio estadounidense -las autoridades médicas confirmaron el primer caso el 21 de enero de 2020-, el paro estaba en mínimos para el último medio siglo y la bolsa empujaba con fuerza. Hoy el virus se ha cobrado más de 400.000 muertes en EE.UU. y millones de puestos de trabajo. Otras 900.000 personas pidieron subsidios desempleos la última semana y hay un total de 16 millones de estadounidenses sin empleo.

En sus tres primeros días como presidente, Biden ha firmado treinta órdenes ejecutivas, un ritmo de decretos desconocido en EE.UU. Trump cerró su presidencia con una media de 55 órdenes al año, el presidente con más decretos desde Jimmy Carter, a finales de la década de 1970.

El jueves, en su primer día completo como presidente de EE.UU., Biden desgranó su plan para luchar contra la pandemia, la gran urgencia de sus primeros meses en la Casa Blanca, con una batería de órdenes ejecutivas para impulsar el uso de mascarillas en edificios y terrenos federales y en transportes estatales, mejorar el sistema de test, acelerar el programa de vacunación -prometió cien millones de pinchazos en sus primeros cien días como presidente- o imponer nuevas restricciones en viajes a EE.UU. También invocó la Ley de Producción de Defensa para ampliar la producción de vacunas.

«Esfuerzo total como en tiempo de guerra»

Biden reconoció que la situación todavía empeorará en los próximos meses y que se necesita un «esfuerzo total como en tiempo de guerra» para controlar la pandemia.

Ayer, se dedicó a la parte económica. «La crisis sigue empeorando», aseguró desde La Casa Blanca sobre la situación de millones de familias de EE.UU. por el impacto de la pandemia. «Tenemos las herramientas para ayudar a esta gente, usémoslas». Biden firmó dos órdenes ejecutivas para mejorar la situación de quienes más están sufriendo. La primera de ellas impone que se aumente la asistencia nutricional a las familias más necesitadas, que aumentará entre un 15% y un 20% para familias de cuatro miembros. También incrementará la ayuda para compensar a las familias cuyos hijos ya no pueden comer en los colegios, por estar cerrados.

La segunda orden se centra en mejorar la situación de trabajadores afectados por la pandemia. Buscará que puedan obtener subsidios de desempleo si dejan trabajos por suponer una situación de riesgo de contagio de covid. Por otro lado, impone que se mejoren las facilidades para los empleados federales en la negociación de sus condiciones salariales y promueve el establecimiento de un salario mínimo de 15 dólares por hora, una reclamación muy repetida por el sector izquierdista del partido.

Biden también decretó que la Administración haga un esfuerzo por entregar los cheques aprobados en los dos planes de rescate del año pasado, de 1.200 y 600 dólares, respectivamente, a aquellas personas que no los han recibido por errores burocráticos.

Nuevo paquete de ayudas

«Necesitamos actuar ya», dijo Biden, si EE.UU. quiere conseguir una recuperación «rápida y completa» de la crisis. Pero Biden y su Administración saben que estas medidas solo son vendas respecto al agujero económico al que se enfrenta buena parte del país.

«Estas acciones no son un sustituto de un rescate legislativo amplio, pero proporcionarán un sustento crítico para millones de familias», aseguró Brian Deese, uno de los principales asesores de Biden como director del Consejo Económico Nacional.

Biden ha exigido que se apruebe un nuevo paquete de ayuda, esta vez de 1,9 billones de dólares, y que propondrá al Congreso. Los demócratas controlan la Cámara de Representantes, pero tienen una mayoría exigua en el Senado, donde el empate entre republicanos y demócratas lo deshace a favor de estos últimos la vicepresidenta de EE.UU., Kamala Harris, que también actúa como presidenta del Senado.

Después de las negociaciones arduas en la última mitad del año pasado para aprobar un segundo rescate para la crisis del Covid-19, las perspectivas para el próximo paquete de ayuda no son muy optimistas. Los republicanos se negaron a aprobar cheques amplios como defendía el propio Trump y será todavía más difícil que lo hagan con Biden en la Casa Blanca.

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Fuente: ABC