Berta Soler: «El régimen cubano me ha llegado a detener hasta tres veces en una semana»

Berta Soler ya ha perdido la cuenta de las veces que ha sido detenida por la policía cubana. «Desde 2015, lo han hecho cada domingo», señala en conversación telefónica con ABC la líder de las Damas de Blanco, que ha sufrido en carne propia la represión del régimen cubano desde hace años. «En una semana hasta tres veces he sido detenida», subraya. También ha sido agredida físicamente, «no solo yo, sino todas las Damas de Blanco, por parte de los hombres y mujeres de la policía y de las turbas paramilitares organizadas por el régimen cubano».

La represión del régimen para amedrentar este movimiento, cuya labor fue reconocida por el premio Sájarov para la Libertad de Pensamiento 2005, que otorga el Parlamento Europeo, ha adquirido multitud de formas: «Hasta veinte métodos hemos detectado», señala la propia Soler antes de detallar alguno de ellos: «Campañas de desprestigio a través de las redes sociales, tanto fuera como dentro de Cuba, con el objetivo de desmembrar este movimiento y generar estados de opinión contra las Damas de Blanco, o creando perfiles parecidos a los nuestros con el fin crear confusión». Otra forma de erosionar la fuerza de la organización es forzar la salida del país «de forma definitiva» de sus miembros, «con los gastos pagados».

A otras mujeres, «las que no quieren dejar el país», las presionan utilizando a sus hijos: a los más pequeños hacen que los expulsen del colegio y a los más mayores que no les den trabajo, «presionando a los dueños de los negocios». A otros los detienen». Algunas de las que tienen hijos menores son incluso amenazadas con perder la custodia.

Destruir el movimiento

Soler continúa su relato sobre la infinidad de formas de represión que utiliza el régimen contra las Damas de Blanco: «También nos detienen y nos llevan a lugares inhóspitos y nos sueltan a altas horas sin saber dónde estamos ni cómo regresar; a otros miembros del movimiento los deportan fuera de La Habana». Las detenciones pueden durar entre 48 horas hasta siete días, según explica Soler. «También nos fabrican delitos comunes para llevarnos a prisión, o nos ponen multas de cuantía elevada». A esto se suma la persecución mediática de la que son víctima: «Nos graban vídeos que después editan para provocar confusión». Así como la creación de grupos falsos, con nombres y apariencia parecida a las Damas de Blanco, con el fin de crear confusión en las redes sociales». Y la lista sigue y sigue… Allanamientos de sus vivienda y requisamiento de bienes materiales y financieros, hostigamiento de familiares, «incluso a nuestras madres…» El régimen no se detiene ante nada. La formas de represión son inagotables, «para desalentar y destruir el movimiento Damas de Blanco, pero gracias a Dios nos mantenemos fuertes y resistimos».

El testimonio de Soler es uno de los que incluye la denuncia presentada por el Observatorio Cubano de Derechos Humanos ante (OCDH) ante la Relatora Especial sobre la Violencia contra la Mujer de la ONU contra el Gobierno cubano por «discriminación y violencia sistemática contra las Damas de Blanco». Tanto ella como sus compañeras en el movimiento consideran «importante» que la represión «y el hostigamiento que sufren los activistas de derechos humanos, y en este caso las Damas de Blanco» sean denunciados ante un organismo «de tan alto nivel» como la ONU. Es cierto que han tenido que esperar casi dos décadas para que alguna voz se elevara para denunciar los excesos del régimen contra esta organización, fundada en 2003 por las esposas, madres y familiares de los presos políticos encarcelados durante la Primavera Negra. «Estos 17 años no han sido nada fáciles -señala Soler-. El régimen cubano siempre está reprimiendo a los que se oponen a él».

Este colectivo lleva años sufriendo además, según recoge la denuncia del OCDH, la violencia de su entorno alimentada desde el poder: actos de repudio, insultos de grupos civiles, que según la líder de las Damas de Blanco son movilizados por los paramilitares que van a centros de trabajo, escuelas… «para movilizar a personas de estos centros, también a miembros de la Federación de Mujeres Cubanas, del Partido Comunista… Los organizan y los traen en autobuses para que nos ataquen física y verbalmente en los actos de repudio».

Callar te hace cómplice

El paso adelante dado por la ONG, con sede en Madrid, también es muy importante para Soler porque se produce cuando «en todo el mundo se está pidiendo que cese la violencia contra la mujer: las ONGs, los organismos internacionales… Nosotras nos hemos quejado mucho porque personas de gran prestigio se han quedado calladas ante la represión que hemos sufrido. Y cuando alguien calla ante una atrocidad se convierte en cómplice. Mientras en el mundo se luchaba contra la violencia hacia las mujeres, en Cuba continuaba y se recrudecía», enfatiza Soler. «Es importante que ahora se haya hecho una denuncia ante la ONU sobre esta violencia contra las mujeres en Cuba, y en especial contra las Damas de Blanco», insiste.

El movimiento Damas de Blanco cuenta actualmente con 72 miembros, frente a las 450 mujeres que militaron en él entre 2013 y 2014, su etapa con mayor representación. En la última década, muchas de ellas lo han abandonado porque han salido del país «pidiendo asilo político, otras se han ido porque las ha amedrentado el departamento de Seguridad del Estado, y otras porque estaban enfermas…» Estas cifras confirman el «desmembramiento» de las Damas de Blanco como consecuencia del sistema represivo de la Seguridad del Estado cubano. Entre 2018 y 2020 han sufrido 2.686 detenciones arbitrarias, según los datos recogidos por la denuncia remitida por el OCDH a la ONU hace unos días. «Pero resistimos y seguiremos resistiendo. Mientras sigan existiendo presos políticos en Cuba, las Damas de Blanco estaremos para abogar por su libertad y seguiremos actuando pacíficamente para exigirle al régimen su liberación», concluye Berta Soler.

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Fuente: ABC