Se presta a Michel Barnier (70 años) y Édouard Philippe (50 años) la intención de 'pesar' en la próxima elección presidencial, dentro de catorce meses, como posibles rivales de Emmanuel Macron (43 años) y Marine Le Pen (52 años), que los sondeos consideran como ultra favoritos.
Ante la división y 'hundimiento' aparente de los aspirantes a las distintas candidaturas de las izquierdas, Los Republicanos (LR, el partido de Nicolas Sarkozy) buscan desesperadamente un candidato u hombre providencial, que salve a la derecha tradicional de una nueva humillación.
Hay varios candidatos a la candidatura liberal conservadora: Xavier Bertrand (56 años), Valérie Pécresse (54 años), Bruno Retailleau (60 años), ex ministros, personajes de tonelaje medio, mal situados en las intenciones de voto, con 10 a 15 puntos menos que Marine Le Pen.
Un 'hombre providencial'
Ante tal situación, inquietante, algunos líderes conservadores han llegado a pensar en Nicolas Sarkozy (66 años), como posible 'hombre providencial'. Sigue teniendo mucho 'tiro' entre la opinión pública conservadora. Pero tiene por juzgar un rosario de escándalos.
En otro plano, Édouard Philippe, ex primer ministro de Emmanuel Macron, es otro candidato potencial. Es un conservador europeísta. Tiene experiencia. Pasa bien entre la opinión pública. Se ha entendido con Macron y tiene muchas amistades entre la derecha tradicional. Se deja querer, esperando acontecimientos.
Michel Barnier tiene una experiencia excepcional. Fue ministro en varias ocasiones de Jacques Chirac y de Nicolas Sarkozy, a finales del siglo XX. Lleva muchos años en Bruselas, en la Comisión. Como negociador del Brexit es percibido como un hombre de estatura europea. Barnier esperaba seguir en la Comisión. Pero la presidenta Ursula von der Leyen lo descartó por su 'peso político'. Y Emmanuel Macron lo descartó por pertenecer al Partido Popular Europeo (PPE).
Un deseo
Así las cosas, Barnier ha decidido volver a la política nacional 'activa'. Y dejó caer, días pasados, que deseaba 'pesar' en la próxima elección presidencial. El deseo de estar presente 'con un pequeño equipo' fue interpretado, inmediatamente, como un posible deseo de presentar su candidatura a la investidura conservadora a la elección presidencial…
Gran conocedor de la política francesa, Barnier lleva muchos años ausente de la brega diaria, pero sabe que el modelo político nacional permite conquistar el poder supremo con un pequeño equipo y un pequeño partido. Ese fue el modelo de Valery Giscard d’Estaing y de Emmanuel Macron. Barnier tiene tres alternativas: 'pesar' como personalidad influyente, a su edad; intentar ganar la investidura de la derecha tradicional; o embarcarse en una aventura solitaria. Veremos.
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Fuente: ABC
