Alemania no quiere que las tropas de EE.UU. se retiren

Frustrado por la negativa de Merkel a viajar a Washington este mes, para asistir a una cumbre presencial del G-7, Donald Trump ha aplazado la cita, ha calificado al G-7 de «obsoleto» y ha desafiado a la canciller alemana invitando a Rusia, país expulsado del club en el 2014 por su anexión de Crimea. Pero hay otra orden que ha dado el presidente estadunidense al Pentágono y que está causando mucha más inquietud en Alemania: la retirada de cerca de 10.000 soldados de las bases americanas en territorio alemán. Durante días, circuló como un rumor, pero esta semana ha llegado la confirmación a Berlín. «El Gobierno ha sido informado de que el gobierno estadounidense estudia reducir la presencia de sus fuerzas armadas en Alemania», ha reconocido la portavoz del gobierno germano, Ulrike Demmer, confirmando informaciones de The Wall Street Journal, que citaba fuentes gubernamentales anónimas de Washington. Inmediatamente, los ministros del gobierno Merkel han reaccionado con declaraciones de preocupación y alarma. «El trabajo con el presidente estadounidense es más difícil de lo que nos gustaría», ha reconocido recientemente la canciller Merkel, pero la cooperación en Defensa con este país sigue siendo «imprescindible».

El ministro de Exteriores alemán, Heiko Maas, ha insistido en que una cooperación estrecha beneficia a ambos países. Otros funcionarios en Berlín, en particular el coordinador del Gobierno para las relaciones transatlánticas, Peter Beyer (CDU), han sido mucho más directos, mencionando un duro golpe a las relaciones germano-estadounidenses que supondría ese movimiento, a la vez que el potencial riesgo para la seguridad europea. La ministra de Defensa, Annegret Kramp-Karrenbauer, ha defendido por su parte la relevancia de la presencia de estas tropas en territorio alemán y ha destacado el servicio que prestan al conjunto de la OTAN y, en especial, a Estados Unidos. «Los soldados estadounidenses forman parte de nuestra sociedad», ha dicho, «y están muy bien integrados en ella». Kramp-Karrenbauer, también al frente de la CDU hasta que se termine de resolver la sucesión de Merkel, aplazada por la pandemia, ha evitado prudentemente otras valoraciones, pero el líder de su hermanada Unión Socialcristiana de Baviera (CSU), Markus Söder, presidente del gobierno regional de Múnich, ha dejado claro que, de producirse esa retirada, sería «muy, muy lamentable» y una «nula prueba de confianza en la cooperación entre EEUU y Alemania».

El mayor contingente en Europa

Alemania es el país europeo con el mayor contingente de tropas estadounidenses en su territorio. Actualmente, unos 34.500 soldados estadounidenses viven junto a sus familias en alguna de las 21 bases militares que este país mantiene en Alemania. El número de efectivos llega a veces a 52.000, dependiendo de las rotaciones de personal o maniobras militares. La presencia de estas tropas en Alemania data del fin de la Segunda Guerra Mundial. Durante la Guerra Fría se consideraron como una fuerza de contención frente a la Unión Soviética. Ahora, algunas informaciones apuntan a la posibilidad de que esas tropas sean trasladadas a Polonia, socio especialmente cercano a la línea de Trump, y el primer ministro polaco, Mateusz Moriawiecki, ha declarado abiertamente que espera que al menos una parte de ese contingente se instale en su país. Pero igualmente supondría un trasvase de peso militar que cambiaría equilibrios en el seno de la OTAN

El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, ha tratado de tranquilizar al gobierno alemán, recordando que Estados Unidos ha incrementado su presencia militar en Europa en los últimos años, en referencia al despliegue de una nueva brigada estadounidense en territorio europeo, de un batallón en Polonia, más presencia rotacional en los países Bálticos y más tropas en Rumanía, incluyendo una base para defensa antimisiles y, en España, en la base de Rota. Stoltenberg ha asegurado además que «consultamos constantemente con EEUU y otros aliados sobre la postura y la presencia militar en Europa». A través de su cuenta de Twitter, ha hecho pública una conversación telefónica con Trump sobre «importante asuntos de seguridad», que incluyen la situación en Afganistán, los esfuerzos conjuntos contra el terrorismo internacional y «la importancia de mantener a la OTAN fuerte en un mundo cada vez más competitivo».

El mal momento de las relaciones entre Berlín y Washington no es ningún secreto. Al margen de discrepancias más o menos puntuales, en el trasfondo están las críticas de Trump a sus ricos aliados europeos, a los que acusa de no gastar lo suficiente en su defensa y abandonarse al potencial militar estadounidense. Trump ha reclamado reiteradamente que los gastos en defensa aumenten hasta un 2% del PIB hasta 2024, como ya hizo Barack Obama. Desde la llegada de Turmp a la Casa Blanca, el gobierno alemán ha congelado sus esperanzas en la relación trasatlántica. La pregunta ahora es si, para después del deshielo, quedará en pie la misma relación en materia de Defensa.

Fuente: ABC